El presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, José Ornelas, pidió perdón a las víctimas de abusos sexuales en nombre de la Iglesia lusa. Asimismo, agradeció “el coraje” de todos los que se han atrevido a denunciar y ratificó su compromiso “de hacer luz y clarificar”.
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Estas palabras tuvieron lugar en una jornada organizada por la comisión independiente que investiga los abusos sexuales a menores por gente de la Iglesia en el país vecino. Bajo el lema “Abuso sexual de menores: conocer el pasado, cuidar del futuro”, participaron en ella Hans Zollner, psicólogo jesuita y miembro del equipo creado por el Papa Francisco para abordar la pederastia en la Iglesia; el psiquiatra Pedro Strecht, presidente de la comisión de investigación lusa y Javier Cremades, presidente de la Comisión de investigación española.
“Traumas para toda la vida”
El obispo de Leiría-Fátima explicó que habían dado el paso de crear una comisión externa -aunque las investigaciones y comisiones para prevenir que vuelva a ocurrir de las diócesis siguen en paralelo- porque “nos dimos cuenta de que no funcionaron para las víctimas, por eso era importante la independencia de la investigación“. El obispo quiso dejar claro que “la creación de esta comisión nace de la conciencia de la Iglesia católica de la gravedad de este fenómeno, del que la humanidad ha tomado más conciencia en las últimas décadas”.
Ornelas insistió en que “estos atentados son particularmente graves, afectan a todo el sistema de afectos y valores, y causan traumas que se arrastran toda la vida. Nuestro proyecto es hacer luz y clarificar”.
“Miedo, vergüenza y culpa”
Por su parte, Strecht quiso destacar el “coraje” de la Iglesia lusa por abrir sus archivos a una comisión independiente. En este sentido, señaló que han recibido 326 testimonios de víctimas desde que comenzaron principios de 2022. Las notas predominante en todas ellas son “el miedo, la vergüenza y la culpa”. “En más de la mitad de los casos, las personas apuntan hacia la existencia de más víctimas. Esto es siempre la punta de un iceberg, vemos una realidad que está emergiendo sobre otra de la que comenzamos a tener datos probables”, anunció.
“Cambio de cultura”
En su intervención, Zollner, indicó que, además de esclarecer lo ocurrido, reparar a las víctimas y exigir responsabilidades, es imprescindible cambiar el contexto que ha permitido casos de pederastia –y otros abusos de poder– en el seno de seminarios, colegios o diócesis. “El sistema es el mismo en Malaui, México, Portugal o Myanmar, no solo se trata de hacer la investigación, sino también de hacer un cambio de cultura”.
Esta cultura a la que se refiere es la de la negación de los fallos, caiga quien caiga y cause el dolor que cause. “En todos los países se repiten los mismos mecanismos para defender las instituciones a costa del sufrimiento de la gente, la negación de la realidad o la negligencia a la hora de enfrentar los fallos. Este es el punto que me entristece más y que me cuesta entender racionalmente, por qué tenemos dificultades en aceptar la verdad”.
“Un mar de desconfianza”
Por último, Cremades indicó que su labor se realiza “en un mar de desconfianza” tras tanto tiempo de silencio. “Es una tarea que toca la fibra de la sociedad, y que no se va acabar aquí porque el abuso de poder y el abuso sexual no acabará, pero pienso que tal vez otras instituciones puedan hacer lo mismo y aprender de la Iglesia católica cuando acaben este trabajo”. El presidente de la comisión española, aprovechó para desaconsejar que se busquen acuerdos extrajudiciales con las víctimas -algo que ha ocurrido con algunas órdenes religiosas según su investigación- porque contribuye a “revictimizar” al abusado.