Más de 100.000 niños en España no tienen acceso a la educación. Es una de las alertas que lanza la UNESCO a través del informe “Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación”. De la mano de Fundación SM y con la colaboración de la plataforma EduCaixa, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha dado a conocer esta mañana las claves de este estudio en nuestro país.
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A la luz del informe, la directora General de Fundación SM, Mayte Ortiz, instó a adentrarse en el aula de manera “diferente a como lo hemos hecho hasta ahora: pensar juntos y trabajar juntos”. Así, hizo un llamamiento a las autoridades públicas y a la comunidad educativa a enseñar “desde la ética del cuidado y el desarrollo de la ciudadanía global”. “Será cada escuela la que diseñe su futuro de acuerdo a cada realidad, desde unos consensos comunes”, defendió Ortiz.
Desde París, Noah Sobe, redactor del informe, urgió a poner en marcha “un nuevo contraro social para la educación, para reparar las injusticias del pasado mientras transformamos el mundo”. “Podemos seguir una trayectoria insostenible o cambiar radicalmente nuestro rumbo”, sostuvo durante su intervención.
Aterrizando en lo concreto, Sobe reclamó a los responsables de las políticas educativas dotar de recursos a las escuelas para promover “una comprensión crítica del funcionamiento y de las implicaciones de las tecnologías digitales”. En esta misma línea, alentó a adentrarse en “aprendizajes ecológicos, interculturales e interdisciplinarios” para poder conformar lo que la UNESCO denomina como “escuelas protegidas y transformadas.
El informe evaluador se ha elaborado durante dos años y ha contado con las aportaciones de más de un millón de personas de 45 países. En lo relativo a nuestro país, en el contexto de la inminente aplicación de la LOMLOE, la UNESCO hace un llamamiento a impulsar el progreso de aprendizaje de cada alumno y en la cooperación, además de redoblar la inversión orientada a mejorar los planes de estudio, las pedagogías, la investigación y el aprendizaje cognitivo-emocional. Con la mirada puesta en las autoridades públicas, la entidad internacional reclama una apuesta por la inclusión y la multidisciplinariedad.
