Fernando Vidal está convencido de que hay “una presencia de Dios permanente en la obra de Julio Verne, pero metido en la realidad y sin entrar en el falso debate fe-ciencia”. Así lo expresó el director del Instituto Universitario de la Familia de la Universidad Pontificia Comillas, durante la presentación de su libro ‘Educar con Julio Verne’ (PPC Editorial), un manual en el que redescubre desde un punto de vista pedagógico al creador, entre otros, de ‘Veinte mil leguas de viaje submarino’.
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Vidal dio a conocer su obra en el espacio O_Lumen de Madrid, en un coloquio moderado por la periodista de Ábside Media, Irene Pozo, y en el que participó Fernando Bonete, profesor de la Universidad CEU San Pablo y crítico literario de referencia en Instagram.
Paternidad providencial
Para el autor, el literato francés goza de un calado trascendental incuestionable en tanto que “de una gran forma taxativa confía en una paternidad providencial que está salvando a sus personajes”. Eso sí, apostilla que “su posición sobre la Iglesia es compleja y alguno de sus personajes son un retrato sarcástico del clero”. Para Verne, “no necesita la etiqueta de católico o cristiano en su literatura, sino que traza una serie de valores que nos anticipa hacia dónde va la sociedad”.
Tanto para Vidal como para Bonete, Verne podría ser considerado como un escritor ‘Fratelli Tutti’, un siglo y medio antes de que viera la luz la encíclica sobre la amistad social del Papa Francisco. “Es un convencido de que el mundo se salvará por la refraternidad del mundo, las heridas que lleva en sus libros solo se consuelan desde la fraternidad”, aprecia Vidal, con una premisa: “en el centro de cualquier civilización no puede estar la tecnocracia”.
Abridor de fronteras
En esta misma línea, subraya que se erige como “el gran abridor de fronteras y horizontes”, en tanto que “levanta el Espíritu y contagia alegría, a pesar de narrar temas catastróficos”. Así, no duda en afirmar que, de haber nacido hoy, habría afrontado en sus narraciones la cuestión del Metaverso: “Estoy seguro que lo abordaría en sus novelas y nos alertaría del peligro del totalitarismo que se puede desprender de la realidad virtual, de la misma manera que lo hizo con los totalitarismos que vivió y anticipó en primera persona”.
Sobre el tirón de Verne entre las nuevas generaciones, Bonete parte una lanza a favor de los jóvenes: “Ojo, seguro que nos sorprenderíamos para mal si preguntamos cuántos adultos o cuántos profesores han leído a Verne”. De hecho, si tuviera que recomendar un personaje del creador del siglo XIX por el que dejarse conquistar, optó por Phileas Fogg, el personaje principal de ‘La vuelta al mundo en ochenta días’: “Me acerqué dos veces a la obra, primer muy jovencito y, después, como adulto y puedo dar fe de que permite acercarse a la realidad desde diferentes lecturas”. También se quedaría con ‘Cinco semanas en globo’.