La nueva Constitución Apostólica ‘Predicate Evangelium’ del papa Francisco para la reforma de la Curia Romana es una auténtica apuesta por la “transparencia”. Así lo ha defendido el prefecto de la Secretaría para la Economía del Vaticano, Juan Antonio Guerrero Alves, en una jornada de estudio sobre el texto papal organizada por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.
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Un ejemplo de esa transparencia, “uno de los principios rectores” de la reforma para el sacerdote español, es que “las transacciones financieras en inversiones deben pasar por el Instituto para las Obras de Religión (IOR) y esas mismas inversiones, si superan los 500.000 euros, deben ser aprobadas por la Secretaría de Economía; con la pandemia, el umbral se había rebajado a 100.000 euros”. Las reformas también llegan a las contrataciones del Vaticano. Para ello, se vetará a las empresas condenadas por fraude o corrupción, a aquellas que tengan sede en paraísos fiscales o evadan impuestos y también a las que no respeten el medio ambiente, según recoge Europa Press.
Registro de empresas
El prefecto explicó que el Vaticano ya cuenta con un registro único de empresas autorizadas a presentarse y otro registro único con los empleados habilitados para actuar como expertos o adjudicadores. Tras la polémica de la cooperativo del hermano del excardenal Angelo Becciu, se excluirán los parientes hasta el cuarto grado, así como los socios o afines hasta el segundo grado.
Otra cuestión aprobada es el hecho de que las operaciones financieras propias de la Santa Sede tienen como “objetivo ayudar y obtener medios materiales para facilitar y hacer posible la misión de la Curia Romana” pero “sin hacer perder credibilidad a la evangelización de la Iglesia”. Para ello, añadió, “hay que esforzarse para que el funcionamiento de la Curia no se convierta en un impedimento para su misión”. Una tarea en la que, aclaró el cardenal Pietro Parolin, la Secretaría de Estado “conserva un estatus especial en el derecho debido a su tarea específica de asistir estrechamente al Sumo Pontífice en el ejercicio de su misión suprema”.