Durante la recepción a un grupo de nuevos embajadores, Francisco llama a respetar la “inalienable dignidad” de cada ser humano independientemente de su lugar de nacimiento o residencia
El Papa volvió a hacer un llamamiento a la paz mundial, lamentando los “numerosos conflictos en curso en el mundo que reciben poca o ninguna atención, especialmente de los medios”, fuera de la Guerra de Ucrania. Durante la recepción de los nuevos embajadores ante el Vaticano no residentes de Pakistán, Emiratos Árabes Unidos, Burundi y Qatar, Francisco destacó la “inalienable dignidad de todo ser humano“, independientemente de si ha nacido en uno u otro país o dónde viva.
“Somos una única familia humana y el grado de indignación expresado, el apoyo humanitario ofrecido y el sentido de fraternidad experimentado por aquellos que sufren no debe basarse en la geografía en el interés personal“, subrayó. Así, señaló el punto 125 de ‘Fratelli tutti’, en el que afirma que “si toda persona tiene una dignidad inalienable, si todo ser humano es mi hermano o mi hermana, y si en realidad el mundo es de todos, no importa si alguien ha nacido aquí o si vive fuera de los límites del propio país”.
“Esto no es válido únicamente para la guerra y los conflictos violentos, sino también para las otras situaciones de injusticia que afligen a la familia humana: el cambio climático, la pobreza, la hambruna, la falta de agua potable, el acceso a un trabajo respetuoso y a una educación adecuada, solo por citar algunas”, puntualizó el pontífice.
En lo que se refiere a los conflictos armados, Bergoglio hizo hincapié en los “otros conflictos en curso en el mundo que reciben poca o ninguna atención, especialmente de los medios”. El Papa insistió en que cada uno de ellos, cada guerra “es una derrota de la humanidad, es contraria al importante servicio que desarrollan buscando construir una cultura del encuentro a través del diálogo y animando a la comprensión recíproca entre los pueblos, así como defendiendo los nobles principios del derecho internacional”.
Por ello, y a pesar de ser “consciente” de que no se trata de “un servicio fácil”, el Papa destacó que “quizá las situaciones de desigualdad y de injusticia de las que somos testigos en el mundo de hoy nos ayudan a apreciar aun más vuestro trabajo. A pesar de los desafíos y los contratiempos, no debemos nunca perder la esperanza en los esfuerzos tendientes a construir un mundo en el que prevalezcan la fraternidad y la comprensión recíproca y los desacuerdos sean resueltos con medios pacíficos“.
Por último, Francisco reiteró su compromiso personal, y el del Vaticano, con la paz. “Continuamos trabajando a través de numerosos canales para favorecer soluciones pacíficas en situaciones de conflicto y para aliviar el sufrimiento causado por otros problemas sociales”. Y lo hace “con la convicción de que los problemas sociales que implican a toda la familia humana requieren una respuesta unitaria por parte de la comunidad internacional, en la que cada miembro desempeñe su papel”.