Expresó que en su vida, siempre se ha dejado sorprender por el Señor, a decir que si y a poner su disponibilidad para hacer lo que El le pide.
Renovar la pasión
“Esta nueva etapa es para mí un gran desafío”, aseveró. Manifestó, además, que asume esta tarea con un profundo espíritu de servicio, tanto al Señor como a la Iglesia, y lo proyecta sobre todas las comunidades educativas de todo el país. Distinguió a los docentes que realizan cotidianamente su apostolado en las aulas, trasmitiendo con su ejemplo y su testimonio los valores del evangelio a los estudiantes.
Álvarez aseguró que las comunidades educativas de la Iglesia “tienen la enorme responsabilidad de compartir a tantos niños y jóvenes a Jesús mismo. Queremos que se enamoren de Él, trasmitiéndoles su mensaje en este tiempo que nos toca vivir”.
Cree que, en las aulas de están los líderes que la Argentina está necesitando, y que el desafío es formarlos en el diálogo, la fraternidad, el respeto por la vida propia y de los otros, la gratuidad y la solidaridad. Se refirió a los líderes sociales y políticos, sino también habló de los líderes en el ámbito familiar, laboral, de profesionales, emprendedores y docentes.
El presidente de CONSUDEC recordó que el papa Francisco brindó algunas pistas para este tiempo, a través del Pacto Educativo Global, que invita a renovar la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión. La finalidad es formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna.