La asociación civil Scalabrinianas, Misión con Migrantes y Refugiados, que forma parte de la Congregación de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo (Scalabrinianas) exigió al Estado mexicano esclarecer el asesinato del sacerdote José Guadalupe Rivas, quien pertenecía a la arquidiócesis de Tijuana y dirigía la Casa del Migrante de Nuestra Señora de Guadalupe en la ciudad de Tecate, en el estado de Baja California.
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Fue el pasado 17 de mayo cuando en esa ciudad fronteriza con Estados Unidos las autoridades dieron a conocer el hallazgo del cuerpo de quien fuera párroco de San Judas Tadeo en esa arquidiócesis, el cual fue encontrado junto al de un hombre no identificado; ambos presentaban huellas de tortura y hasta el momento se desconoce la identidad de los homicidas. Las autoridades judiciales ya investigan los hechos.
En ese sentido, la organización Scalabrinianas Misión con Migrantes y Refugiados exigió que se condene a los responsables del homicidio del sacerdote, quien era asesor del Movimiento de Renovación Carismática Católica de la arquidiócesis de Tijuana. El padre Rivas estaba desaparecido desde el 15 de mayo.
Cinco sacerdotes muertos por violencia en el sexenio
“Sabemos que las personas que defienden los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas están expuestas a contextos de mucha adversidad y violencia, por lo que se hace imprescindible que el Estado garantice la protección de las personas que ejercen este compromiso”, afirmó la asociación civil.
“En tal sentido es que acompañamos la solicitud de medidas cautelares por parte de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para que garanticen el respeto y protección a los derechos humanos de la familia del padre José Guadalupe Rivas, la familia de la persona aún desconocida y para las personas que trabajan dentro de las instalaciones de la Casa del Migrante en Tecate”.
De acuerdo con cifras del Centro Católico Multimedial, con el homicidio del padre José Guadalupe Rivas, quien tenía 58 años de edad, suman cinco los sacerdotes muertos por causas violentas en México durante el sexenio 2018-2022.
