América

Iglesia de Panamá y Costa Rica, solidarias con obispo de Nicaragua perseguido por Daniel Ortega

Se trata de Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, quien se mantiene en ayuno indefinido hasta que no cesen las hostilidades

 





La Iglesia de Nicaragua vive horas aciagas tras la persecución contra uno de sus obispos y el cierre del canal 51, propiedad de la Conferencia Episcopal.



 

Se trata de Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, quien en las últimas horas ha sido hostigado por la policía sandinista solo por expresar sus opiniones.

De hecho, esto desató la ira del régimen de Daniel Ortega, pues el prelado denunció la situación por el canal 51 y, de inmediato, el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) ordenó el cierre del medio católico tal como lo confirmó la empresa Claro.

Obispos solidarios

Frente a esta situación, los obispos de Panamá y Costa Rica expresaron su solidaridad con la Iglesia nicaragüense.

Los prelados panameños señalaron que Álvarez sufre de esta persecución por “ser profeta ante la situación difícil por la crisis sociopolítica que vive el pueblo nicaragüense”, por lo que elevan sus oraciones para que estas hostilidades cesen.

Por su parte, los obispos de Costa Rica han indicado que “tengan la seguridad de nuestra solidaridad y oración, especialmente en los momentos de prueba. Rogamos a Dios que les permita mantenerse fieles a su misión y les otorgue un espíritu de sabiduría”.

En ayuno indefinido

En un video publicado en Facebook, Álvarez hizo pública la situación: “Estando en casa de mi sobrina me dirigí directamente a los oficiales y les pregunté por qué me persiguen y me dijeron que ellos obedecen órdenes”.

El prelado denuncia que los policías del régimen de Ortega irrumpieron en su círculo familiar poniendo “en riesgo la seguridad de mi familia. Luego me regresé a la parroquia de Santo Cristo de Esquipulas en las Colinas donde quiero agradecer a Monseñor Carlos Aguilez que me ha hospedado”.

En tanto se mantendrá en ayuno indefinido  mientras que “la policía nacional a través de la Conferencia Episcopal o del vicepresidente únicamente, me hagan saber que van a respetar mi privacidad familiar”.

“Yo estaré en oración y haciendo exorcismo desde aquí y orando ante el santísimo, celebrando la eucaristía para que cese este hostigamiento”, finalizó.

 

 

 

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