El obispo de Huelva protagoniza uno de los momentos más emotivos de la procesión de la Virgen del Rocío por las calles de Almonte
El obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, dirigió la oración de los fieles de Almonte durante la procesión de la Virgen del Rocío por las calles de la localidad. Se trata de la primera vez que la Blanca Paloma abandonaba los muros de la parroquia de la Asunción en tres años a causa de la pandemia.
También era un momento especial para el prelado como obispo de Huelva, puesto que era la primera vez que participaba como tal. Alzado por los almonteños, sujeto a las andas, un visiblemente emocionado Gómez Sierra pudo rezarle a la cara acompañado por los fieles. Durante este tiempo, el paso fue mecido en su honor. “Ha sido un momento bonito de cercanía y entrañamiento con la devoción del pueblo, rezando como pastor junto a los fieles”, expresó después.
La Virgen del Rocío recorre las calles de Almonte una vez cada siete años, aunque, como consecuencia de las restricciones sanitarias del Covid, los vecinos han tenido que esperar diez en esta ocasión para mostrar su devoción y celebrar este día tan especial en la localidad. Desde las 7.25 de la mañana que se abrieron las puertas del templo, la Blanca Paloma no ha estado sola. Hubo incluso empujones sin consecuencias por ser los primeros en llegar a la imagen.
Como es tradición y al igual que ocurre en la romería, no existe una hora prefijada para el inicio de esta procesión extraordinaria y ni para el regreso, que se hará “cuando ella decida”. En esta ocasión, la Virgen del Rocío estuvo de procesión durante trece horas, hasta que volvió a entrar en la Iglesia pasadas las 20 horas.