La Provincia Eclesiástica de Acapulco -una de las 19 en que está dividido el territorio mexicano- lamentó la despenalización del aborto en Guerrero. Con esta entidad suman ocho los estados en los cuales la práctica del aborto no está penada.
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La provincia está conformada por la Arquidiócesis de Acapulco, y tiene como sufragáneas las diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Ciudad Altamirano y Tlapa, cuyos obispos rechazaron la reciente reforma al Código Penal del estado que permite el abortar hasta las 12 semanas de gestación.
A grandes males, grandes remedios
En este contexto, a través de un comunicado los obispos de la provincia giraron instrucciones a sus sacerdotes y a los fieles laicos para tenderle la mano a las mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad.
En primer lugar, pidieron crear urgentemente centros de acompañamiento parroquiales para la mujer embarazada, sobre todo para la que se ve empujada a abortar por diversas razones.
“Darle la mano sin condenarla y con caridad fraterna ofrecer los medios indispensables para que el nuevo ser nazca en un ambiente de amor”, apuntaron.
También consideraron importante impulsar aún más la Pastoral de la Vida, organizando los equipos parroquiales desde donde se impulsen consultorios pro-vida, siendo la misma parroquia el primer medio de contención para evitar los abortos inducidos.
Llamaron a ofrecer desde la catequesis infantil, de adolescentes y juvenil “el conocimiento que da la ciencia, la razón y el catecismo, para valorar y respetar la vida humana desde su inicio en la concepción hasta su fin con la muerte natural”, e implementar en los cursillos de formación prematrimonial los temas referentes a la concepción y gestación de los nuevos seres humanos como bendición de Dios para los esposos y la familia.
“Además de otras iniciativas que podrán proponer la Comisión de Familia, Vida, Juventud, Adolescentes y Laicos de la Provincia”.
Una decisión sin escuchar al pueblo
Sobre la despenalización del aborto, los obispos de la provincia aseguraron que vieron cómo se fue desenvolviendo el Congreso del Estado ante las reformas del Código Penal estatal. “Y constatamos con tristeza que no fueron tomadas en cuenta las voces, no pocas, que se oponían a esta reforma con argumentos basados en la razón y en la ciencia”.
Para los obispos, el hecho de que una ley permita a las mujeres embarazadas abortar hasta las doce semanas de gestación de ninguna manera cambia el hecho de que “se trate de la eliminación de un ser humano, niño o niña”.
Cuestionaron: “¿Ve usted cuerdo que con doce semanas y un día ese niño o esa niña sí tengan derecho a vivir y con doce semanas menos un día no lo tengan? Es aberrante. Eliminar un ser humano es asesinar. El primer derecho que tenemos los seres humanos es que no nos maten. Es un derecho que se convierte en obligación universal”.
También citaron que el artículo primero de la Constitución que habla sobre garantizar la igualdad de todo individuo, y expresamente prohíbe cualquier discriminación motivada por la edad. “A todos nos resulta claro que nadie puede ser asesinado por no tener una semana más de existencia”.
Finalmente externaron su agradecimiento a las personas que oraron por los legisladores y se manifestaron públicamente con el fin de las leyes defiendan la vida de cada ser humano.