Sean O’Malley a los obispos italianos: “Seremos juzgados por nuestra respuesta a los abusos”

El presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores interviene en la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Italiana

Cardenal Seán O'Malley, arzobispo de Boston

Tras la designación del cardenal Matteo Zuppi como presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, los prelados afrontan en su asamblea plenaria la realidad de los abusos en la Iglesia. El presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, el cardenal Sean O’Malley ha enviado un mensaje en vídeo que ha sido publicado en L’Osservatore Romano.



 Un “ministerio de misericordia”

El purpurado señaló que la cuestión de los abusos es un “complejo desafío” para la Iglesia. En este sentido alabó la senda de Benedicto XVI y Francisco de optar “por emprender un ministerio de misericordia casi desconocido, tendiendo constantemente la mano a los supervivientes”.

“El dolor incomprensible y la maldad revelada en estos momentos de testimonio pueden dar lugar rápidamente a expresiones de ira de los supervivientes hacia la Iglesia y sus dirigentes”, alertó el cardenal. Pero, invitó a los obispos a “saber que nuestra escucha y nuestros esfuerzos por la curación y la justicia pueden ser insuficientes para lograr lo que los supervivientes buscan. Es una forma aleccionadora de recordar que, al final, sólo la gracia de Dios puede sanar lo que el pecado ha roto”.

Frente a la actitud defensiva

Desde su experiencia personal, O’Malley recalcó a los obispos “que no tenemos nada que temer al decir la verdad”.“No es en absoluto fácil reconocer las historias de abusos de la gente, ofrecer un oído atento a los supervivientes y comprometernos a trabajar juntos por la justicia, pero después de cuarenta años puedo decir que es la única manera”, añadió.

“Nuestros fieles quieren sentirse seguros en su Iglesia, y esto significa que deben ser más firmes en la fe por el compromiso de sus pastores”, insistió. “Es una realidad que seremos juzgados por nuestra respuesta a la crisis de los abusos en la Iglesia”, recalcó a los obispos. Por ello, trazó una “conversión pastoral” basada en 7 aspectos: una atención pastoral eficaz a las víctimas, vigilar la formación, cuidar la selección de personas, eliminar a los culpables, colaborar con las autoridades, evaluar los riesgos de los sacerdotes culpables y chequear los protocolos.

Ante esto, advirtió que “el mayor obstáculo para la conversión pastoral es la decisión inmediata de adoptar una actitud defensiva frente a la Iglesia”. “El escándalo de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia es como una enfermedad que se contrae estando en el hospital. Nadie en el hospital -y especialmente quienes lo dirigen- quiere admitir que alguien ha enfermado en el lugar donde debería haber sido curado”, explicó.

Recuperar la credibilidad

Sobre la credibilidad de la Iglesia, confía en el “buen trabajo realizado en tantas partes del mundo”, que se documentará en un “Informe Anual de la Comisión al Santo Padre”. Para el purpurado “más que una defensa de la institución o una exigencia legal impuesta por la Iglesia, el uso de buenas herramientas de tutela y una relación sólida nos ayudarán a preparar el terreno para difundir la Buena Noticia”.

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