A sus 77 años, el salmantino Fernando Vérgez Alzaga se convierte en cardenal, en un gesto de máxima confianza de Francisco en este domingo en el que ha designado a 21 nuevos cardenales que reflejan, más que nunca, la universalidad de la Iglesia. Para el religioso, supone un respaldo por parte del Papa en su misión, puesto que hace apenas nueve meses le nombró presidente de la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano y presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. O lo que es lo mismo el órgano que ejerce el poder legislativo en el Estado más pequeño del mundo. Antes de este ascenso, esde hace prácticamente una década ya era secretario general del Governatorato, algo así, como el alcalde.
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A este nuevo refuerzo a su labor, se une la complicidad que Jorge Mario Bergoglio mantiene con Vérgez desde hace décadas, en tanto que el español fue en su momento el secretario personal del cardenal argentino Eduardo Pironio, que fue presidente del Pontificio Consejo para los Laicos con Juan Pablo II, creador de las Jornadas Mundiales de la Juventud y, sobre todo, mentor espiritual y teológico de Francisco.
Experiencia de largo recorrido
Ordenado sacerdote en 1969, tan solo tres años después comenzó a trabajar en la Santa Sede, en la Congregación para los religiosos, por lo que atesora 50 años trabajando en Roma, por lo que se conoce al dedillo los recovecos y debilidades del orbe vaticano, por lo que sirve de voz de alerta y consejeros al Papa ante las no pocas resistencias que se ha topado en estos nueve años de pontificado. También atesora a sus espaldas una nada desdeñable experiencia en el ámbito de los medios de comunicación, en tanto que ha sido responsable de las áreas de Internet y Telecomunicaciones de la Santa Sede.
Más allá, la designación del nuevo purpurado trae consigo algunos otros recados implícitos. Por un lado, la confianza de Francisco en el clero español, en tanto que hasta la fecha no hay un solo consistorio de los convocados por él en el que no haya designado un cardenal español. De esta manera, España cuenta ahora con 15 purpurados vivos y Vérgez entraría en un futurible cónclave, puesto que tiene 77 años y el límite son los 80. Con él, son nueve los cardenales españoles que tendría derecho a voto y a ser elegidos si hoy se tuviera que entrar en la Capilla Sixtina para elegir un nuevo pontífice.
Por otro lado, será el primer cardenal perteneciente a los Legionarios de Cristo. No se trata de una cuestión baladí, en tanto que este reconocimiento llega cuando se da por encaminada la crisis que abrió en la familia carismática la debacle provocada por su fundador Marcial Maciel, por su doble vida y los casos de abusos sexuales que protagonizo. Tras la prácticamente refundación de esta realidad eclesial, la entrega del birrete púrpura a un legionario de Cristo viene a suscribir en términos eminentemente evangélicos que, en medio de la cizaña, también es posible que crezca el trigo, en este caso, con nombre propio: Fernando Vérgez.
