Vaticano

Francisco: “La Providencia no significa esperar que lluevan del cielo las soluciones”

El Santo Padre invita a “amar a los pobres haciéndose pobres” a la familia carismática de los Siervos de los Pobres





El Papa Francisco quiso destacar hoy, durante su encuentro con los participantes en los capítulos generales de la rama masculina y femenina de los Siervos Pobres de la Divina Providencia, que ésta “no significa esperar que lluevan del cielo las soluciones a los problemas y los bienes que necesitamos”, sino “compartir con los demás lo poco que tenemos para que a nadie le falte lo necesario”. “Es la actitud del cuidado, más necesaria que nunca para contrarrestar la de la indiferencia”, insistió



El Santo Padre invitó a “amar a los pobres haciéndose pobres”. Para ello, señaló que las periferias “geográficas y existenciales son el campo donde anunciar el amor providencial del Padre a través de una sobreabundante misericordia”. Y es que es necesario manifestar “la ternura del rostro de Dios sin prejuicios, ni exclusiones”. 

Asimismo, el Papa quiso destacar que, ante todo, la misión del cristiano es “dar a conocer el amor del Padre“. Incluso para el carisma de la familia calabriana: “cuando contemplamos a Jesús en su vida pública, en su predicación, incluso en las conversaciones con sus discípulos, vemos que en su corazón estaba en primer lugar este deseo: dar a conocer al Padre, hacer sentir su bondad”.

“Dar a conocer al padre”

“Así vivía Jesús, plenamente inmerso en la voluntad del Padre, y toda su misión estaba encaminada a introducirnos en esta relación filial, que tiene como rasgo esencial la confianza en la Providencia: que el Padre nos conoce mejor que nosotros mismos y sabe mejor que nosotros lo que necesitamos“, explicó Bergoglio.

Francisco pidió que no se pierda “la cultura del compartir. La mentalidad de los que parten el pan bendiciendo a Dios Padre, confiando en que ese pan será suficiente para nosotros y para el prójimo necesitado. Así nos enseñó Jesucristo en el milagro de compartir -no multiplicar- los panes y los peces. Hoy necesitamos cristianos que sirvan a la Providencia practicando el compartir”.

“Nunca hablar mal los unos de los otros”

En este sentido, puso como ejemplo lo que hacían nuestros abuelos cuando alguien llamaba a su puerta: “compartir un plato de sopa o de polenta“. Por ello, sin “idealizar ese mundo, ni refugiarnos en nostalgias estériles”, el pontífice destacó que sí  es necesario “recuperar ciertos valores” de nuestros mayores.

El Papa también recomendó “nunca hablar mal los unos de los otros. Si tienes un problema con una hermana o un hermano, ve y díselo en la cara. Y si no puedes decírselo a la cara, cómetelo, ¿sabes? Pero no vayas sembrando inquietudes que dañan y destruyen. Las habladurías son un veneno mortal”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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