La síntesis de la primera fase del proceso sinodal en la archidiócesis de Barcelona ya está lista. Entre las propuestas, que serán remitidas a la Conferencia Episcopal para elaborar una síntesis nacional, se incluye la posibilidad del sacerdocio femenino y de que el celibato sea opcional, “o la posibilidad de acceso al sacerdocio de hombres casados”. Sobre la mujer, se sugiere que “se avance en la reflexión sobre su acceso al diaconado y, si fuera posible magisterialmente, al presbiterado”.
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El texto, elaborado a partir de las reflexiones de los 7.000 participantes en los procesos de debate promovidos en el seno de parroquias y movimientos católicos de la ciudad condal, habla de “una Iglesia que adapta los diferentes ministerios abriendo la posibilidad al celibato opcional o la posibilidad de acceso al presbiterado de hombres casados (tal como ya sucede en las Iglesias del mundo oriental latino-católico”.
Falta de coherencia
También incluye una mención, envuelta en autocrítica, sobre la diversidad sexual y su acogida en la Iglesia. A juicio de los participantes, “falta coherencia entre lo se predica y lo que se hace“. Por eso, hacen un llamamiento a trabajar en el amor a todas las personas que se han visto “marginadas por la comunidad eclesial, la mayoría de veces por cuestiones morales, especialmente por su situación familiar o por su orientación sexual”.
Diversidad
En el documento, también se hace un llamamiento para que “toda la comunidad cristiana se acerque a las personas que históricamente han quedado al margen; se escuche a los que no son escuchados; se ayude a cerrar las heridas afectivas; se acompañe a las personas en los movimientos difíciles y problemáticos”, entre otras cuestiones.
Junto a estas cuestiones, también se plantea la necesidad de promover la corresponsabilidad de los laicos y apostar por “un lenguaje eclesial utilizado a cualquier nivel (que) sea sencillo y claro, acorde con el tiempo en el que vivimos, comprensible para todo el mundo”.
La puesta de largo de estas conclusiones tuvo lugar este domingo en un acto que se celebró en el Col·legi Maristes La Immaculada de Barcelona con la participación de unas 700 personas procedentes de varios puntos de la archidiócesis.
Durante su intervención, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, subrayó, a la luz del documento, que “todos vamos en la misma barca“. En relación a las cuestiones más o menos dispares que presenta el texto, puso el énfasis en que todos los participantes “son merecedores de respeto”.
Por su parte, el sacerdote Enric Termes , coordinador de toda la fase diocesana del Sínodo, subrayó la necesidad de “ser valientes para estar abiertos al cambio y el cambio, superar el miedo al diálogo y superar la rutina y ser hombres y mujeres de esperanza, alegría y fe”. Eso sí, explicitó que ” la síntesis no es un documento, sino una recopilación de aportaciones que se han hecho y que ahora se comparten“.
Expectativas
La delegada para la Formación y Acompañamiento del Laicado, Anna Maria Almuni, destacó que “la llamada del sínodo ha generado expectativas, especialmente centradas en expandir los horizontes y profundizar el trabajo para caminar juntos, lo que no es fácil porque requiere una revisión profunda y una verdadera conversión, saber cómo escuchar, dar la bienvenida y sentirse bienvenido y, en última instancia, “renovando la Iglesia”.