Un tiempo de “especial sufrimiento agarrado a la cruz”. Así ha vivido el obispo emérito de Getafe (Madrid), Joaquín María López de Andújar, de 79 años, el mes que ha estado hospitalizado debido al coronavirus. El prelado, según ha informado la diócesis, ha recibido el alta médica tras permanecer estas semanas en el Hospital de Getafe, donde ha pasado varios días sedado e intubado en la Unidad de Cuidados Intensivos.
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Una experiencia de cruz
López de Andújar, señalan desde el obispado, se trasladará a vivir durante un tiempo al Cerro de los Ángeles mientras se recupera totalmente y no en el convento de La Aldehuela, donde reside habitualmente. El prelado se ha mostrado “profundamente agradecido” por el cariño y la oración recibidos, que han sido su “consuelo y fortaleza”. En su comunicado hay también palabras de agradecimiento por “los esfuerzos y el trato del personal sanitario”.
El obispo emérito ha destacado que en esta enfermedad se ha sentido “profundamente identificado con Cristo en Getsemaní” ya que “ha sido una experiencia fuerte, una experiencia de cruz, y la cruz es una escuela donde se aprenden muchas cosas”. “Cuando uno vive estas situaciones te das cuenta de lo poco que eres y al mismo tiempo de lo grande que es Dios concediéndote el don de la vida”, apunta. “Mi oración durante estos días era difícil y me he agarrado sobre todo al Rosario y a palabras o frases del Evangelio que hablaban de la cruz, con momentos en los que mi oración era la oración de Jesús en Getsemaní, en relación a que si es posible que pase de mí este cáliz, pero que se haga tu voluntad y no la mía”, ha señalado.