La Secretaría General del Sínodo de los Obispos pasará desde mañana a denominarse Secretaría General del Sínodo, “sin más añadidos”. Así lo ha desvelado el subsecretario general del Sínodo, Luis Marín de San Martín, en una entrevista en exclusiva a la revista Vida Nueva.
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El obispo español confirma además que se trata de una “decisión del Santo Padre”. Eso sí, el prelado apostilla: “Debo precisar que el cambio de nombre es solo de la Secretaría General. La Asamblea del Sínodo de los Obispos no cambia su denominación ni su realidad“.
“No se trata de abolir la colegialidad episcopal, sino de insertarla en la sinodalidad de todo el Pueblo de Dios”, expone el religioso agustino, que insiste en que “la colegialidad episcopal es una expresión de la sinodalidad, pero no la agota”.
¿Cambio significativo?
El Sínodo es un foro consultivo no deliberante reactivado por Pablo VI y que los papas convocan a discreción en relación a un tema eclesial de relevancia. Hasta ahora, estas asambleas estaban constituidas eminentemente por obispos, si bien en los últimos años y según la cuestión a abordar, de forma minoritaria se habían sumado algunas religiosas y laicos. De ahí que Luis Marín aprecie que la modificación del nombre en la Secretaría General del Sínodo sea “un cambio significativo”, en tanto que “nos sitúa en una perspectiva más amplia y origina ya mucho mayor trabajo”.
“Para discernir, los fieles tienen el derecho y el deber de manifestar a los pastores su pensamiento. Y los pastores deben escuchar, necesariamente, al resto del Pueblo de Dios, del que forman parte, para tomar luego las decisiones que les corresponden según su ministerio”, defiende el prelado en Vida Nueva. Es más, Marín es consciente de que esta transformación nominal implica para que revisar las actuales estructuras sinodales para que “funcionen y para que lo hagan válidamente”.
No al parlamentarismo
Sobre la posibilidad de que este cambio desemboque en una democratización eclesial a la manera de los Estados, el subsecretario sentencia que “el parlamentarismo, aplicado a la Iglesia, es un camino falso porque lleva al populismo, a la priorización de criterios ideológicos, al enquistamiento en grupos e incluso a la dictadura de las mayorías, con vencedores y vencidos”.
“La sinodalidad –valora Luis Marín– plantea una posibilidad mucho mejor. Somos una Familia. Tal vez haya que votar pero, principalmente, busquemos el consenso que brota del discernimiento en el Espíritu”.
Suspicacias y resistencias
En relación al proyecto sinodal iniciado por Francisco en la Curia, el obispo sostiene que “no he encontrado rechazos frontales, aunque suspicacias e incluso resistencias siempre hay, pero no debemos asustarnos, ni mucho menos frenarnos”.
Al hilo de esta cuestión, sí muestra su preocupación por “la polarización en la Iglesia, la agresividad que se da a veces entre diferentes grupos, llegando en ocasiones a la falta de respeto y a la ausencia de caridad, paradójicamente en nombre de Dios”. “Me entristecen mucho los insultos, la intolerancia, la ideologización de la fe”, advierte Luis Marín, en la línea que ya lo viene manifestando el propio Papa argentino.
Mayor corresponsabilidad
En cualquier caso, este giro se enmarca dentro de la convocatoria del Sínodo de la Sinodalidad que se celebrará en Roma en octubre de 2023, pero que ya está en marcha, puesto que en estos días todas las diócesis del planeta han de recopilar los resultados de una consulta global lanzada en pasado mes de octubre.
En algunas archidiócesis españolas, como Barcelona o Zaragoza, las síntesis recogen, entre otras sugerencias, dar mayor corresponsabilidad a los laicos, además de generar una reflexión sobre el sacerdocio femenino o el celibato opcional.
Con ‘Praedicate Evangelium’
La modificación nominal se hará efectiva mañana 5 de junio, tal y como expresa Luis Marín en la entrevista a Vida Nueva. En el marco de la fiesta de Pentecostés, entra en vigor la constitución apostólica ‘Praedicate Evangelium’ que materializa la reforma de la Curia promovida por el pontífice argentino. En el artículo 33 de la norma legal de más alto nivel que puede publicar un Papa, se hace referencia en dos ocasiones a la “Secretaría General del Sínodo” eliminándole el apellido que portaba, lo que levantó algunas suspicacias y llegó a ser considerado incluso una errata.
“Las Instituciones Curiales colaboran, según sus respectivas competencias específicas, en la actividad de la Secretaría General del Sínodo, según lo dispuesto en la legislación específica del Sínodo mismo, que colabora efectivamente con el Romano Pontífice, según los métodos establecidos por el mismo o por establecerse, en asuntos de mayor importancia, para el bien de toda la Iglesia”, reza literalmente ese artículo 33.
La constitución apostólica no incluye la renovación de este departamento vaticano, puesto que no se trata de un órgano de la Curia romana propiamente dicho y su funcionamiento obedece a la vigente constitución apostólica ‘Episcopalis communio’, promulgada por el propio Francisco en 2018.