Han pasado 13 años desde que, el 6 de abril de 2009, un terremoto sacudiera y cambiase para siempre la ciudad italiana de L’Aquila, a 80 kilómetros de Roma, y en la cual murieron más de 300 personas. El próximo 28 de agosto, tal como ha anunciado hoy el Vaticano, el papa Francisco la visitará. Coincide esta visita, además, con la antigua costumbre de celebrar una indulgencia todos los años en la ciudad desde los tiempos del papa Celestino V la última semana de agosto.
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Francisco saldrá en helicóptero desde el Vaticano para aterrizar de forma privada en el estadio Gran Sasso de L’Aquila. Desde allí partirá en coche hasta la plaza del Duomo, donde le esperará el cardenal Giuseppe Petrocchi, arzobispo de L’Aquila; Marco Marsilio, presidente de la Región Abruzzo; Cinzia Teresa Torraco, prefecto de L’Aquila; y Pierluigi Biondi, alcalde de L’Aquila.
Apertura de la puerta santa
Acompañado por el cardenal Petrocchi, el Santo Padre entrará en el Duomo para una visita privada, si bien la catedral continúa aún destruida tras el terremoto de 2009. Desde la misma catedral, el Papa enviará un saludo a los familiares de las víctimas, a las autoridades y ciudadanos presentes en la plaza.
Al terminar, la visita continuará en la Basílica de Santa Maria in Collemaggio, donde celebrará la santa misa y el ángelus. Se llevará también a cabo el rito de apertura de la puerta santa, acto con el que finalizará la visita.