El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha hecho un llamamiento para que “el grito de ‘nunca más’ contra los abusos sea una realidad”. Con estas palabras, el portavoz de los obispos abrió las VI Conversaciones PPC, organizadas por la editorial y el Instituto Superior de Pastoral, que se celebran hoy en el Colegio Mayor MARA de Madrid y que buscan ofrecer herramientas formativas y de reflexión en aras de la justicia restaurativa y de la prevención en el futuro.
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Para el también obispo auxiliar de Valladolid, se trata de “un asunto doloroso” que llama a “una profunda renovación de propuestas y actitudes” lo que exige “un trabajo de manera decidida”. Entonando un ‘mea culpa’ por la lacra de la pederastia, Argüello lamentó cómo “no hemos sabido afrontar el pasado”, a la vez que renovó el compromiso de la Iglesia por “prevenir un futuro seguro en tantos lugares donde está presente”.
Cuerpo a cuerpo
En este sentido, reconoció que la labor de acompañamiento “cuerpo a cuerpo” de los agentes de pastoral hoy se realiza “bajo la amenaza de la sospecha”. “Por eso, nuestro compromiso tiene que ser todavía más grande para generar espacios seguros”. Al hilo de esta cuestión, lamentó “el ruido mediático y político” que se genera en torno a la cuestión de los abusos, “sin quitar un ápice de responsabilidad” a la Iglesia.
En la mesa inaugural, además de Argüello, también tomaron la palabra el director del Instituto Superior de Pastoral, Lorenzo Santos, y el director de PPC España, Raúl Rodríguez. “Siempre será poco lo que se haga para evitar estas situaciones”, expuso Santos, que subrayó la necesidad de promover “la sensibilización” a través de iniciativas como las Conversaciones PPC. “Ojalá continuemos despertando la conciencia, la solidaridad y el compromiso para promover una cultura del cuidado”, añadió.
Por su parte, Raúl Rodríguez incidió en cómo una buena formación es necesario para que, de verdad, la Iglesia pueda llevar a cabo “un abrazo de justicia” con las víctimas. “No podemos caminar de forma individual, sino como comunidad”, señaló sobre la urgencia de promover proyectos eclesiales conjuntos para acabar con esta lacra, pero, sobre todo, “para cuidar y reparar” a los más vulnerables.
