Andrea Riccardi presenta en Madrid ‘La Iglesia arde’ arropado por el cardenal Osoro y la ministra de Defensa
“Admiro profundamente a la Comunidad de Sant’Egidio. Si hoy estoy aquí es por eso. Para mí es un lujo poder estar con el fundador y con tantos aquí que ejercen una labor social”, ha comenzado apuntando Margarita Robles, ministra de Defensa, durante la presentación, en la Iglesia de Nuestra Señora de las Maravillas en Madrid, del último libro del historiador italiano Andrea Riccardi.
Como creyente, ha afirmado que es “importante no tener miedo a cambiar el mundo. A hacer de esta una sociedad más justa”. Y es que “entusiasmo y esperanza es nuestro motor por hacer un mundo mejor cada uno desde nuestro trabajo”.
Según ha explicado la ministra, cuenta con “muchos colaboradores y amigos que no son católicos practicantes, pero comparten muchas cosas incluso sin saberlo: la transformación, el compromiso o la igualdad”.
Centrándose en cifras, ha recordado que solo un 10% de los españoles va a misa cada domingo. “¿Por qué? ¿Encuentran una respuesta a sus preocupaciones cuando van? Probablemente no. Nos topamos con un discurso repetido, lo que provoca que la gente esté mirando el reloj para ver cuándo acaba”, ha expresado con toda claridad.
La ministra ha mostrado su preocupación por el hecho de que cada vez que Francisco lanza un mensaje innovador no encuentre sino críticas desde dentro. “¿Qué miedo hay? Me preocupa que ante unos valores católicos comunes podamos tener unas visiones tan diferentes”, ha reconocido.
Siguiendo con sus cuestiones al aire, ante la atenta mirada de Osoro, se ha preguntado: “¿La Iglesia como institución se ha convertido en un punto de referencia dónde la gente encuentra impulso?”. La respuesta la tiene clara: “Sinceramente creo que no y esto nos debe hacer reflexionar”.
En su visión de la fe, ha detallado que, como católicos, “tenemos la obligación de salir y compartir, de implicarnos. No pasa nada por equivocarnos. Trabajemos por un mundo más humano. Le pido a la Iglesia como institución que sea valiente, que se plantee por qué los jóvenes no se comprometen”. Y ha proseguido: “Ellos ven una Iglesia conservadora a la que le da miedo hablar. No pasa nada por plantear cuál es el papel de la mujer en la Iglesia. Sin embargo, cada vez que surge el debate hay fuerzas que tratan de pararlo”.
Por todo ello, ha subrayado que “tenemos que abrir la Iglesia desde la tolerancia. Yo creo en ese Jesucristo tolerante que está con los más pobres. Quiero pedirle a la Iglesia que nos dé entusiasmo, que no nos repita lo mismo”.
Tras ella ha hablado Andrea Riccardi, que ha escrito el libro durante la pandemia, tras ver arder Notre Dame, imagen que evoca el título de la obra. Para el historiador, “hay un fuego que consume la Iglesia: nos encontramos ante una Iglesia cansada en una Europa cansada. No sé de quién es la culpa, pero estamos cansados. Y estamos prisioneros de este mundo del ‘yo'”.
El fundador de Sant’Egidio ha lamentado el “odio” y la “rabia” que capitaliza la sociedad, carente de “entusiasmo”, que, desde un punto de vista etimológico, significa “Dios en nosotros”. Además, “en nuestra sociedad, aunque formada por gente buena, falta diálogo”.
Riccardi se ha detenido también en la figura del papa Francisco, quien “ha venido con una antorcha a Europa y han querido apagársela hasta cansarle”. Sin embargo, esto demuestra que “necesitamos un cristianismo vivido y que entusiasme”.
“Una Iglesia que arde debe ser una Iglesia que se pone en marcha, que da testimonio por su forma de estar en el mundo”, ha apuntado el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. Y ha añadido: “Faltan propuestas que entusiasmen e interpelen”.
Osoro ha confesado que ha leído el libro hasta en tres ocasiones y en él ve mucho de la exhortación apostólica ‘Evangelii gaudium’ del papa Francisco. “Hoy hacen falta propuestas y entusiasmo. Sin esto no vamos a ningún lado. Y esto cuesta, pero es necesario”, ha señalado.
Para el también vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, “la crisis de la Iglesia debe ser un tema que nos apasione y nos interrogue. Que un 43% de la población española no vaya nunca a misa es algo que nos debe interpelar. Y no para echarnos a llorar, sino para entusiasmarnos con el anuncio del Evangelio, porque la evangelización tiene que ser una novedad permanente”. “Creo que tenemos vida suficiente para ofrecer a esta sociedad entusiasmo”, ha añadido.
De hecho, ha puesto en valor al Papa porque “ha creado simpatía por la Iglesia por su pasión a la hora de comunicar el Evangelio”. Asimismo, ha invitado a no quedarnos al margen de ‘Laudato si” ni de ‘Fratelli Tutti’.
Para Tíscar Espigares, de la Comunidad de Sant’Egidio, el libro analiza la crisis actual, que no es solo de la Iglesia, también de la economía o la política. “La gran pregunta que atraviesa estas páginas es: ¿Cuál es el futuro de la Iglesia?”, ha compartido. “¿El cristianismo de masas muere y vamos hacia un cristianismo de minorías? En su opinión lo importante no son los números, sino no ser relevantes”, ha agregado.
Según ha resaltado, “vivimos en un mundo más cristiano del que creemos”. No obstante, ante la descristianización ha recalcado que “el camino no es otro que vivir evangélicamente en la crisis”.