Obispos católicos y anglicanos mantienen su pulso contra la política de deportación de Boris Johnson

15/06/2022 | Mateo González Alonso

Los prelados de la Cámara de los Lores consideran que las expulsiones forzadas de migrantes a Ruanda “deberían avergonzarnos”

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, durante una misa

Los obispos de la Iglesia de Inglaterra han vuelto a condenar los planes del gobierno de Boris Johnson de deportar a los solicitantes de asilo a Ruanda, una medida que ya se va a materializar a través de los primeros vuelos. En una carta abierta, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y los otros 24 prelados que forman parte de los Lores Espirituales de la Cámara de los Lores ha denunciado que la política de deportación “debería avergonzarnos como nación”.

Junto a los vulnerables

Los anglicanos destacan que los refugiados son “personas que Jesús tenía en mente cuando dijo que cuando ofrecemos hospitalidad a un extranjero, lo hacemos por él”, son “los vulnerables que el Antiguo Testamento nos llama a valorar”. En la parte católica, el arzobispo de Glasgow, William Nolan, desde el centro de detención de Dungavel, señaló que los vuelos eran “una ofensa a la dignidad humana y a todas las mejores tradiciones de acogida de este país”.

El nuncio en el Reino Unido, Claudio Gugerotti, también visitó un alojamiento temporal para los solicitantes de asilo que tiene instalaciones “no aptas para ser habitadas” y ha mostrado su rechazo a la medida en sus encuentros con la ministra del Interior, Priti Patel. Para el Servicio Jesuita a Refugiados del Reino Unido este plan es una muestra del “desprecio vil por la humanidad y la dignidad”. “Hacen esto”, señala la entidad en un comunicado, “ante la horrible evidencia de que el procesamiento en el extranjero fomenta los abusos de los derechos humanos”.

“La migración es una cuestión compleja, pero no se resuelve delegando nuestras funciones y responsabilidades en otros países”, ha señalado el obispo responsable de migraciones de la Conferencia Episcopal católica, Paul McAleenan. “Nuestra fe cristiana exige que respondamos con generosidad a los solicitantes de asilo, cuya dignidad debe ser protegida y mantenida”, reclamó destacando las insistencias al respecto del papa Francisco.