Antonio Montero será enterrado el sábado 18 de junio en Mérida tras fallecer hoy jueves a los 93 años. La capilla ardiente se instalará en la Catedral Metropolitana de Badajoz, a la que llegará mañana viernes a las 20:00 h. Así, la capilla se cerrará a las 22:30 h. y volverá a abrirse el sábado a las 8:30 h.
La misa por el eterno descanso del arzobispo emérito de Mérida-Badajoz comenzará a las 12:00 h. del sábado. Finalizada la misma se mantendrá abierta la capilla hasta las 19:00 h., cuando será trasladado a la Concatedral de Santa María de Mérida. A su llegada, sobre las 20:00, tendrá lugar una celebración de la palabra, tras la cual se le dará cristiana sepultura en la capilla del Santísimo.
Cursó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de su Archidiócesis, licenciándose en Teología en la Facultad jesuítica de la capital granadina. Obtuvo también la licenciatura en Historia de la Iglesia por la Universidad Gregoriana de Roma, y el Doctorado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca. Se graduó posteriormente en Periodismo por la Escuela Oficial de Madrid.
Recibió el orden sacerdotal el 19 de mayo de 1951, en la Basílica de San Juan de Letrán de Roma, y realizó su primera labor sacerdotal, durante dos años escasos, como coadjutor de la parroquia granadina de San Agustín, capellán del Hospital Clínico de la Facultad de Medicina y profesor de Religión en el Colegio de Cristo Rey.
Durante sus años romanos formó parte activa del grupo literario de jóvenes sacerdotes creadores de la revista poética Estría, donde publicó composiciones líricas junto a José Luis Martín Descalzo, José María Cabodevilla y José María Javierre, luego afamados escritores.
En 1953, el cardenal Pla y Daniel le nombra subdirector de la revista Ecclesia y director en 1958, cargo en el que permanece hasta 1967, y del que quedan huellas de su función directiva en más de setecientos artículos editoriales, que marcaron la línea de este semanario oficioso de la Iglesia en España, en los años precedentes, concomitantes y posteriores al Concilio Vaticano II.
Desde 1955 a 1969 simultaneó esta responsabilidad, junto a un grupo de prestigiosos sacerdotes y laicos, con la creación y dirección de una de sus obras más importantes, PPC, sello editorial de Vida Nueva, cuyo consejo editorial ha presidido hasta hace poco. Desde 1954 a 1960 fue profesor de Historia eclesiástica y de Patrología del Seminario Hispanoamericano (OCHSA) de Madrid.
El 3 de mayo de 1980 fue nombrado obispo de Badajoz, haciendo su entrada en la diócesis el 24 del mismo mes. Ya en julio de 1994, Juan Pablo II, por medio de la Bula ‘Universae Ecclesiae sustinentes’, crea la nueva Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz, que comprende a las tres diócesis extremeñas, y nombra primer arzobispo de la nueva Sede Metropolitana a Antonio Montero, que toma posesión de la Archidiócesis en el acto de ejecución de la referida Bula, en Mérida, el 12 de octubre de 1994.
Desde entonces su labor más destacada es la coordinación de la Iglesia en Extremadura en todos los ámbitos de la vida pastoral y el impulso de las relaciones institucionales con las autoridades autónomas en diversos campos de colaboración. Además, puso en marcha la doble capitalidad, dándole categoría de concatedral a la parroquia de Santa María, en Mérida, y la creación de una sección del Cabildo en la Concatedral emeritense.
Fue sustituido por Santiago García Aracil, que el 9 de julio de 2004 fue nombrado por Juan Pablo II para ocupar la Sede metropolitana de Mérida-Badajoz. Desde su paso a emérito residía con su familia en Sevilla.