En un mundo donde 40 millones de niños han huido de su hogar, Entreculturas señala la escuela como un refugio de paz

La entidad jesuita ha presentado su campaña ‘Escuela Refugio’, así como el informe ‘Escuelas que construyen paz’

Entreculturas El Salvador niña

Con la vista puesta ya en el próximo lunes 20 de junio, Día Internacional de las Personas Refugiadas, Entreculturas ha presentado, en la mañana de este día 16 y de modo on-line, su campaña ‘Escuela Refugio’, así como el informe ‘Escuelas que construyen paz’.



La entidad jesuita, presente en 38 países, donde está comprometida con la promoción de las personas en contextos de vulnerabilidad a través de la educación, ha centrado su mirada de un modo especial en la situación de los menores refugiados, lamentando que “las guerras afectan actualmente a más de 420 millones de niños y niñas en todo el mundo, llenando sus vidas de miedo, inseguridad y, en muchos casos, de desplazamiento forzoso”. Así, “más de 40 millones ya se han visto obligados a abandonar su hogar, su familia, su escuela, para salvar sus vidas”.

En Rumanía y Líbano

Para poner rostro a esta situación, Entreculturas ha contado en el acto de esta mañana con testimonios como el de Hiba Lakki, profesora del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) en Líbano, donde acompaña a muchos niños provenientes de Siria, o el de Marius Talos, director del SJR en Rumanía, donde ahora están volcados en los menores que huyen de Ucrania.

Por su parte, Irene Ortega, coordinadora del Área de Ciudadanía de Entreculturas, ha destacado que, tras superarse recientemente el umbral de los 100 millones de personas desplazadas en todo el mundo, la situación es hoy especialmente preocupante en Ucrania, “donde 13,6 millones de personas han huido de su hogar, habiendo 5,9 millones que han escapado a otros países y 7,7 millones que se han desplazado internamente”.

Sin reparar en el origen

En este punto, Ortega, a la vez que ha aplaudido el modo en que los gobiernos europeos se han volcado en la ayuda a los prófugos ucranianos, ha llamado a extender la ola solidaria sin mirar por otros criterios que el auxilio al vulnerable: “Esto muestra que es posible, que nuestras sociedades están preparadas para responder a estas situaciones desde la solidaridad, los derechos humanos y el cumplimiento del derecho internacional en materia de asilo. ¿Por qué no hacerlo entonces sin reparar en el origen y nacionalidad de las personas? Recordemos el principio de igualdad en dignidad y derechos de todos los seres humanos”. 

Volviendo a Ucrania, afecta a la conciencia global saber que estamos ante una crisis que se ha cebado con mucha intensidad en la infancia, constatándose que “el 65% de los niños ucranianos han tenido que abandonar su hogar”.

Más de 1.000 niños, con el SJR local

Desde Rumanía, Marius Talos ha explicado cómo tratan de responder a este reto multiplicando sus recursos: “Hemos contratado a 60 profesores ucranianos y facilitado la educación on-line. Todo para facilitar las cosas a estos niños llegados de Ucrania, donde uno de cada cuatro tiene edad de preescolar e infantil”.

Y es que, del total de 22.000 niños ucranianos que hay ahora en Rumanía, el SJR local atiende actualmente a 1.000 menores en varios proyectos educativos: más de 500 están en varias escuelas y albergues de Bucarest y un tercer grupo de escolares aprenden rumano y se preparan para integrarse en las escuelas de varios puntos del país. 

Regreso tras la pandemia

En el caso de Líbano, el mayor reto es organizar el regreso a las aulas tras dos años son clases presenciales por la pandemia. Algo que, como ha recalcado Hibba Lakki, evidencia que “las crisis económicas crean crisis educativas: debido a estas crisis algunas personas prefieren mandar a los hijos a trabajar antes que al colegio a estudiar, otros no tienen dinero para pagar el transporte”

Por ello es necesario apostar por la formación, pues “la educación fomenta la paz y esta se transfiere desde el colegio a las casas de los estudiantes”. Un tesoro gracias al cual “somos capaces de proteger a nuestros estudiantes de la violencia y de ciertos problemas psicológicos”.

Acogida a familias sirias

El acto ha finalizado con la intervención de Nerea Aginako, de la organización jesuita Alboan, también comprometida en la campaña ‘Escuela Refugio’. Llamando a no perder de vista los muchos retos que también tenemos en nuestro país a la hora de ofrecer protección y crecimiento desde la escuela, ha hablado de su proyecto Patrocinio Comunitario, con el que ofrecen acogida a familias sirias. “Todas las familias tienen hijos en edad escolar, por lo que la escuela juega un papel central en su asentamiento. En Europa también necesitamos escuelas refugio”, ha concluido.

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