“El ondeo de estas banderas frente a una escuela católica envía un mensaje contradictorio, confuso y escandaloso al público sobre la postura de la Iglesia en estas importantes cuestiones morales y sociales”. Es lo que se lee en un decreto del obispo Robert J. McManus, de Worcester, Massachusetts (Estados Unidos), sobre un colegio jesuita de la localidad. En dicho documento despoja al centro de su calificativo de ‘católico’ después de que en la escuela secundaria se hayan negado a retirar una bandera del orgullo LGTB y otra del movimiento Black Lives Matter.
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Los vulnerables
“Como escuela multicultural, las banderas representan la inclusión y el respeto de todas las personas”, ha señalado Thomas McKenney, director de la Nativity School de Worcester, en una carta a las familias en la que confirma que el centro mantendrá las banderas mientras continue abierta la apelación que ya han presentado. “Estas banderas simplemente afirman que todos son bienvenidos en Nativity y este valor de inclusión está arraigado en la enseñanza católica”, añade el responsable según recoge la publicación America.
Y es que este centro jesuita, abierto en 2003, ofrece educación gratuita a niños u jóvenes de las comunidades más desfavorecidas. Su financiación no depende de la diócesis, sino de las donaciones privadas. La iniciativa de colocar estas banderas surgió de los propios estudiantes en 2021. En su momento el obispo ya pidió su retirada pero, tras ser arrancadas en un acto de vandalismo, la escuela las repuso. Para el colegio, “ambas banderas son ahora ampliamente entendidas para celebrar la dignidad humana de nuestros familiares, amigos y vecinos que han enfrentado, y continúan enfrentando el odio y la discriminación”. “Ondear nuestras banderas no es un respaldo a ninguna organización o ideología”, sino que “ondean en apoyo de las personas marginadas”, escribió el director.
Sin embargo, para el obispo, la bandera arcoíris implica el apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo y a “vivir activamente un estilo de vida LGTBQ+”, frente a las enseñanzas de la Iglesia. Por su parte, la bandera Black Lives Matter representa a “una plataforma que contradice directamente la enseñanza social católica sobre la importancia y el papel de la familia nuclear y busca desbaratar la estructura familiar en clara oposición a las enseñanzas de la Iglesia católica”.
El obispo, concluye, que el acto de desobediencia de la escuela supone un “desprecio” a su “legítima autoridad como guardián y supervisor de la educación católica”, algo que no le deja “otra opción que tomar medidas canónicas”. La retirada del título implica la prohibición de celebrar misa en sus instalaciones, recibir donaciones diocesanas y destituir a un obispo emérito de su junta directiva. No es la primera vez que el obispo McManus se enfrenta a una escuela católica de su diócesis por cuestiones de LGTB.