Julen A. Carreño es un alicantino de 38 años que actualmente reside en Sevilla, donde ejerce como profesor de Filosofía, Latín y Oratoria. Licenciado en Derecho Económico y en Humanidades, doctor en Derecho por la Universidad de Navarra, graduado en Educación Primaria, máster en Neuropsicología por la Universidad Internacional de La Rioja, ha decidido enriquecer su formación como estudiante del Grado en Filosofía en la Universidad Católica de Valencia (UCV), donde además es delegado de alumnos. También es escritor y ha desarrollado el grueso de su obra literaria en el ámbito de la poesía, con reconocimiento público, tal y como lo demuestran premios como el Hermanos Caba, el Zenda o el Margarita Perujo.
- PODCAST: Puertas cerradas para las víctimas de abusos
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
PREGUNTA.- ¿Qué es para usted la filosofía?
RESPUESTA.- Una educación práctica en el arte de formular preguntas desde las que reflexionar acerca de quiénes somos.
P.- ¿Cuál fue el motivo de estudiar Filosofía en la UCV?
R.- Con ocasión de mis licenciaturas, tuve ocasión de cursar varias asignaturas de Filosofía y, desde entonces, conservo la inquietud. Pero algo en mi interior me decía que debía esperar el momento y el contexto oportunos. El momento se dio cuando se me encargó la docencia de Filosofía en un colegio en el que daba clase; el contexto, tras una conversación telefónica con nuestro decano, Ginés. En cuanto colgué el teléfono, formalicé mi matrícula; la UCV tenía la visión antropológica desde la que necesitaba afrontar estos estudios.
P.- ¿Cuál es su asignatura favorita del Grado y por qué?
R.- Como ocurre con tantos otros ámbitos de la vida, creo que el cuándo juega un papel tan crucial que no sería justo aventurarme en una respuesta fácil. He disfrutado casi todas las asignaturas hasta la fecha y, en cada una, a unos autores más que a otros. Pero, si tengo que elegir, la asignatura optativa de Filosofía y Cine ha sido, sencillamente, epifánica. La materia en sí, y la figura del profesor Peris, me han abierto un mundo que me reclama. De hecho, trabajo ya en mi Trabajo de Fin de Grado en ese campo y desearía que este diera pie a un doctorado.
Exquisito en lo académico
P.- Háblenos sobre su experiencia en la UCV. ¿Cómo es la relación con profesores y estudiantes?
R.- Soy inmerecidamente afortunado por el grupo humano con el que comparto mis clases. Mantenemos desde el primer día un grupo de WhatsApp en el que hablamos a diario, celebramos reuniones virtuales, clases de refuerzo y repaso entre nosotros, y ahora mismo estamos preparando un encuentro presencial en Valencia.
Creo que hablo por la generalidad de mis compañeros cuando aseguro que el esfuerzo extraordinario que todos hacemos desde la riqueza de nuestras situaciones particulares ha revertido en un afecto y una empatía que nos mantiene al servicio unos de otros. Lo cual es extensible al profesorado, cercano y sensible a nuestras condiciones, además de exquisito en lo estrictamente académico.
P.- ¿Recomendaría entonces estudiar Filosofía a otras personas?
R.- Permíteme contestar indirectamente. Son tantos, casi todos, los que, tras un primer contacto, preguntan: “¿Y eso para qué sirve?”… Pero aún no he conocido a una sola persona que, una vez dentro, mantenga esa pregunta.
