La noticia hecha pública por el Vaticano el pasado 10 de junio de que los problemas de rodilla obligaban al papa Francisco a aplazar el viaje a República Democrática del Congo (RDC) y a Sudán del Sur, previsto inicialmente entre el 2 y el 7 de julio, provocó “desilusión” en el primero de estos dos países africanos, aunque pasada la “amargura” inicial se consideró que se trataba de una “oportunidad para intensificar espiritualmente la preparación para la visita”.
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Eso es lo que afirmó el sacerdote congoleño Paulin Sabuy, colaborador de la nunciatura apostólica en Kinshasa, durante un encuentro este lunes con periodistas organizado por la asociación Iscom. En la conversación también participó Jean-François Simonart, primer secretario de la legación diplomática vaticana en la capital de la RDC, que consideró que la fecha en la que pueda finalmente realizarse el viaje “dependerá de los médicos”. A la espera de la llegada del Pontífice, “todo el Congo está rezando por él, no solo los católicos”, aseguró Simonart.
Antes de que llegara el comunicado de la Santa Sede “se estaban acelerando los preparativos” para acoger al Papa en la RDC mientras “crecía el entusiasmo”. “Se veía en las canciones para darle la bienvenida. Aquí cantamos mucho”, relató Sabuy, asegurando que los congoleños entendieron “rápidamente” que la visita se aplazaba por un factor “independiente de la voluntad del Papa” y que había que seguir “rezando por él”. Es por ello que en las distintas diócesis del país se vivirán las misas del 3 de julio, cuando Jorge Mario Bergoglio tenía previsto celebrar la Eucaristía en Kinshasa, como un momento “para estar particularmente unidos al Papa”.
“El país más católico de África”
Este sacerdote congoleño afirmó que el viaje podría finalmente tener lugar durante “la estación seca”, ya en 2023, insistiendo en que sus compatriotas “han hecho de una contrariedad una oportunidad para rezar más por el Santo Padre”. Incluso fieles de otras religiones de la RDC, “el país más católico de África” según Simonart, han preguntado por el aplazamiento de la llegada del obispo de Roma, lo que refleja el interés a nivel nacional por la visita.
Para estos dos presbíteros que trabajan en la nunciatura apostólica en Kinshasa resulta muy significativo que, dentro de la futura estancia de Bergoglio en el país, se incluya una etapa en Goma, la ciudad de la zona oriental y capital de la provincia de Kivu del Norte, donde se registran combates entre el Ejército y los rebeldes del grupo M23. “Es importante que el Papa vaya a Goma y toque la carne de la gente que sufre. Llevará un mensaje de esperanza y consolación”, afirmó Simonart, mientras que Sabuy mostró su deseo de que, con su presencia, Francisco “estimule la búsqueda de la paz”.