Carlos Esteban Garcés, director del Observatorio de la Religión en la Escuela, que hace solo unas semanas convocó a las religiones a valorar la LOMLOE y a explicar las contribuciones educativas de sus currículos, reacciona ante la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del currículo de Religión Católica.
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PREGUNTA.- ¿Cuál es su primera valoración del nuevo currículo de Religión?
RESPUESTA.- Sinceramente, el nuevo currículo de Religión mejora la LOMLOE, no se puede decir lo mismo a la inversa. Tras un primer análisis, confirmo que el currículo de Religión cumple el marco competencial de la reforma y responde con responsabilidad y lealtad al perfil de salida de la educación básica. He podido constatar cómo los diez indicadores del perfil de salida que propone el Ministerio de Educación han sido acogidos con responsabilidad en el nuevo currículo de Religión Católica. Las competencias clave que propone la Unión Europea y que han condicionado la LOMLOE han sido tenidas en cuenta en el currículo de Religión de una manera visible, no es nada complicado reconocerlas presentes en la redacción de este currículo.
P.- Esta reacción positiva ante el currículo de Religión, ¿supone también una valoración positiva de la LOMLOE?
R.- No, claro, que no. Son dos momentos diferentes y merecen dos valoraciones distintas. La LOMLOE no ha tratado bien al hecho religioso; ninguna de las religiones está satisfecha con ese tratamiento adicional que la LOMLOE les ha dispensado. Así lo puso de manifiesto el Observatorio de la Religión en la Escuela hace poco tiempo. Por tanto, el tratamiento de las religiones en la LOMLOE no es suficiente, es más jurídico que pedagógico. Se mantiene solo un cierto cumplimiento de los acuerdos del Estado con las religiones, pero da la impresión que se hace a última hora y con desgana, en una adicional. Lógicamente, esto no lo valoro positivamente.
Sin embargo, las religiones han asumido el marco curricular de la LOMLOE sin desgana, lo han tomado en serio. Y el resultado en un currículo de Religión Católica, todavía faltan los de otras confesiones, que mejora la LOMLOE; y no a la inversa, lamentablemente. De hecho, hay muchos recursos ya en los tribunales sobre el tratamiento de la religión en la LOMLOE, por el contrario, hasta los que no son favorables a la religión en la escuela han manifestado su buena acogida al nuevo currículo de Religión.
P.- La publicación de todos los currículos, no solo de Religión, está siendo polémica y se les califica de ideológicos…
R.- Es verdad, los nuevos currículos, en general, están despertando demasiadas críticas. Son numerosas las acusaciones de que están demasiado ideologizados, algunos decretos han sido incluso denunciados en los tribunales y han sido admitidos a trámite. Me resulta curioso y sorprendente que en anteriores reformas fuera el currículo de Religión el que estaba ideologizado y que, en este caso, se habla más de la ideología de los otros currículos que el de Religión.
La teología, en el centro
P.- ¿Cuáles son las claves esenciales del nuevo currículo?
R.- Creo que la novedad está en su enfoque competencial, algo exigido por el marco curricular de la LOMLOE y que la enseñanza de la religión ha estado a la altura. Además, está organizado en un nuevo mapa de aprendizajes esenciales que viene determinado por el proceso madurativo del alumno. Por tanto, se proponen los contenidos que el estudiante necesita para progresar en su crecimiento como persona, en su desarrollo afectivo-emocional, y en su maduración social. Es decir, creo que el currículo de Religión Católica aporta, desde la visión cristiana de la vida, los conocimientos y valores necesarios para que los alumnos y alumnas construyan su proyecto vital con sentido y aprendan a ser ciudadanos globales en entornos locales.
P.- Desde su punto de vista, como profesor titular de Pedagogía de la Religión, este nuevo currículo ¿supone algún avance?
R.- Creo que podemos señalar que con este nuevo currículo la Pedagogía de la Religión ha alcanzado una mayoría de edad. El currículo de Religión siempre es resultado de un diálogo de la Teología con la Pedagogía. En este caso, subrayo que la aportación de la Pedagogía ha sido más visible que en anteriores currículos. Esta aportación percibe enseguida porque es evidente que las competencias específicas de Religión están visiblemente en línea con las finalidades propias de la educación integral y de la escuela.
P.- ¿Qué lugar ocupa, entonces, la Teología en el nuevo currículo?
R.- Es la fuente epistemológica del currículo. Para nosotros, la Teología es la razonabilidad de la fe, y eso es lo que el currículo transmite, la razonabilidad de la fe conforme la a pedagogía escolar y sus etapas educativas. Cuando se lee el currículo enseguida se percibe que todo está impregnado de la visión cristiana de la persona, la sociedad, la cultura, etc. Hay expresiones del magisterio eclesial que están muy presentes, por ejemplo: la cultura del encuentro, la Casa común, el cuidado, la ecología integral, la fraternidad universal. Son categorías antropológicas y teológicas que la Iglesia utiliza en este tiempo y que en el currículo de Religión se hacen pedagógicas.
Por tanto, es un currículo que mantiene la originalidad de la Teología, responde así a la confesionalidad de la materia escolar, pero a la vez, esa Teología se ha articulado de manera pedagógica en línea con las finalidades propias de la escuela. Precisamente así se define la identidad y naturaleza de la enseñanza de la religión católica en la escuela: un servicio eclesial a la formación escolar.