El obispo emérito de Gante (Bélgica), el salesiano Luc Van Looy, ha rechazado el capelo cardenalicio tras haber sido incluido por el papa Francisco entre los nuevos cardenales anunciados el 29 de mayo. Hasta ahora, en su país, poco habían proliferado las reacciones oficiales al nombramiento. Y es que Van Looy llegaba al Colegio de cardenales entre las designaciones honoríficas, sin plaza en el futuro cónclave por tener ya los 80 años fijados como tope de edad para elegir al futuro papa.
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Pero ha sido ahora cuando, tras renunciar Van Looy al cardenalato el pasado 16 de junio, la Conferencia Episcopal de Bélgica ha explicado que lo que ha motivado esta decisión es el hecho de que, en el pasado, el prelado “no siempre habría actuado con suficiente decisión contra los abusos”. Por lo tanto, “para evitar que las víctimas de estos abusos se vean perjudicadas una vez más por su cardenalato, Van Looy pidió al Papa que le eximiera de aceptar el nombramiento como cardenal”.
Comisión parlamentaria
La gestión de los abusos fue analizada en una comisión parlamentaria en la que el propio Van Looy declaró en 2010 y en la que reconoció abiertamente fallos en los procedimientos seguidos entonces, llegando a mostrarse tremendamente “avergonzado” por el “sufrimiento inhumano” causado a las víctimas. La Conferencia Episcopal confirma que “el papa Francisco respondió favorablemente” a la petición de la renuncia del capelo.
Por su parte, Van Looy afronta sereno esta situación. “Recuerdo que Don Bosco nunca aceptó honores o títulos, y que Jesús pasó por medio de la gente cuando le quisieron nombrar rey. Estamos en la mano de Dios”, señala a Vida Nueva tras su renuncia.
