El presidente del Comité de Actividades Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, William E. Lori, pidió a los fieles católicos “oración sostenida ante la ira” de los que se oponen a la anulación de la sentencia Roe v. Wade, que durante 50 años amparó el aborto como derecho constitucional en la Unión Americana.
Luego de que el pasado 24 de junio, la Corte Suprema de Estados Unidos eliminara de forma definitiva la protección constitucional del derecho al aborto, al menos el 50% de los estados de ese país decidirán ahora si esta práctica se hace legal o no en su territorio.
El también arzobispo de Baltimore, William Lori, llevó a cabo una conferencia de prensa transmitida de forma virtual, en la que consideró necesario demostrar que el movimiento provida está en su mejor momento y que éste consiste en “amor, cuidado y compasión”, así como en la ayuda a las mamás y a los bebés.
Tras señalar la importancia de la decisión de la Corte Suprema, Lori manifestó que es obligación de los provida redoblar esfuerzos para ayudar a las mujeres con embarazos difíciles o no planeados.
Destacó que entre los centros que ya apoyan dichos esfuerzos se encuentran la Red Gabriel, el Proyecto Gabriel, centros de embarazo provida y ‘Catholic Charities’.
Recordó que fue en el año de 2020 cuando los obispos de Estados Unidos lanzaron la iniciativa ‘Walking with moms in need’, cuyo objetivo es involucrar a todas las parroquias católicas para brindar una red de seguridad que garantice que las madres embarazadas y con hijos tengan los recursos, el amor y el apoyo que necesitan.
“La Iglesia tiene una hermosa visión de la dignidad de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural… en el caso del aborto… el consejo de la Iglesia para todos es amar tanto a la madre como al niño, enfocarse en las necesidades de la madre y proteger la vida del niño”.
Para el arzobispo Lori, uno de los desafíos, luego de la anulación de la sentencia Roe v. Wade, es “cambiar los corazones y las mentes” en el tema del aborto.
Señaló la necesidad de “pedir la ayuda de Dios para ganar mentes y corazones para comprender y aceptar el precioso regalo de la vida desde el momento de la concepción en adelante, y para crear el tipo de condiciones en la sociedad donde ninguna madre sienta que tiene que elegir entre su futuro y la vida de su hijo”.
El arzobispo consideró que a partir de ese día histórico “América es una nueva nación… es el día en que nos arremangamos y la hacemos más hermosa cada día que amanece”, pero también es cierto –dijo– que la nación “pasará por un período muy difícil” pues “ya hay mucha ira” entre los que se oponen a que la Corte haya revocado Roe v. Wade.