Desde que, el pasado viernes 24 de junio, murieran entre 23 (según las autoridades españolas y marroquíes) y 37 personas (según numerosas ONG) ante la valla de Melilla, hostigadas por las fuerzas policiales de Marruecos y contando con el apoyo de las de España, las reacciones a nivel social, político y religioso han sido numerosas.
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A nivel de Iglesia española, la Conferencia Episcopal, la CONFER o las entidades jesuitas Entreculturas, Alboan y el SJM han exigido a nuestras autoridades explicaciones y una investigación clara y concreta sobre lo ocurrido. A nivel personal, alguien tan significativo como Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger, ha sido tajante al denunciar que “los Gobiernos de Marruecos y España tienen las manos manchadas de sangre”.
He recibido con dolor las noticias de las tragedias de los #migrantes en #Texas y en #Melilla. #OremosJuntos por estos hermanos que han muerto mientras perseguían la esperanza de una vida mejor; y para que el Señor nos abra el corazón y estas desgracias no sucedan de nuevo.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) June 28, 2022
También en Texas
Con todo, hoy ha sido el propio papa Francisco quien, a través de su cuenta de Twitter, ha manifestado su consternación por lo ocurrido: “He recibido con dolor las noticias de las tragedias de los migrantes en Texas y en Melilla. Oremos juntos por estos hermanos nuestros que han muerto mientras perseguían la esperanza de una vida mejor y para que el Señor nos abra el corazón y estas desgracias no sucedan de nuevo”.