La salud ha impedido que el papa Francisco esté preparando las maletas rumbo a África. Tras posponer –una vez más tras la situación generada por la pandemia del coronavirus– la visita anunciado con los líderes anglicanos a Sudán del Sur, finalmente el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, ha sido enviado por el pontífice para visitar, además, la República Democrática del Congo.
La cercanía de Francisco
Entre el 1 y el 8 de julio, el purpurado visitará estos dos países a los que hará llegar la cercanía del papa Francisco tras anunciar hace menos de un mes que los médicos no recomendaban este desplazamiento. La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha confirmado que el propio Papa ha confiado la labor de su representación a Parolin, que visitará las ciudades de Kinshasa y Juba, para mostrar su cercanía al querido pueblo congoleño y sudanés, según anunció el Vaticano.
Para elaborar el programa de este viaje se ha tenido en cuenta la agenda prevista para la visita apostólica en la que Francisco iba a estar presente en Kinshasa y, tras una parada en Kiwu del Norte, en Juba, las capitales de los dos países. Según el Vaticano este gesto muestra el pesar del Papa por posponer esta ansiada visita.
Precisamente, en una audiencia con los participantes en el Capítulo General de los Padres Blancos, los Misioneros de África, Francisco lamentó, el pasado 13 de junio, que “desgraciadamente, y muy a mi pesar, tuve que posponer mi viaje al Congo y a Sudán del Sur. Efectivamente, a mi edad no es tan fácil ir a de misionero”. Y anunció que presidirá la misa con la comunidad romana congoleña: “El 3 de julio, el día que debía celebrar en Kinshasa llevaremos a Kinshasa a San Pedro, y allí lo celebraremos con todos los congoleños romanos, ¡que son muchos!”, comentó.