Durante el ángelus por la solemnidad de san Pedro y san Pablo, Francisco clama para que “el Señor abra caminos de diálogo que los hombres buscan y no encuentran”,
El Papa hizo esta mañana un nuevo llamamiento a la paz en Ucrania y mostró su solidaridad con el país ante los ataques rusos después de la masacre sufrida en un centro comercial de la localidad de Kremenchuk en el que han muerto al menos 18 personas, junto a otros tantos heridos.
Así lo expresó estas mañana durante el rezo del ángelus que presidió desde la ventana de su estudio en los palacios apostólicos con motivo de la solemnidad de san Pedro y San Pablo. Francisco clamó contra esta “locura de guerra, para que pueda llegar al fin”. A partir de ahí, el pontífice miró al cielo para que “el Señor abra caminos de diálogo que los hombres buscan y no encuentran”, a la vez que apeló a la comunidad internacional para que “no falte a la ayuda”.
Más allá de la invasión rusa en Ucrania, Francisco recordó que “el camino de la fe nunca es un paseo por el parque, es exigente y a veces difícil”. El Papa advirtió del riesgo de caer en la rutina: “Repetimos el credo, lo decimos con fe; pero ante las duras pruebas de la vida parece que todo vacila”. Para el pontífice, “se necesita tiempo, paciencia y mucha humildad para que nuestra forma de pensar y actuar se adhiera plenamente al Evangelio”.
Francisco recordó que también san Pedro pasó por este “drama interior” y necesitó un tiempo de “maduración” para poder testimonia a Jesús “con valentía hasta el punto de ser crucificado -según la tradición- cabeza abajo”. De la misma manera, presentó a san Pablo como otro apóstolo que también pasó “por momentos de incertidumbre y duda”.
Con estos dos referentes, interpeló a quienes le escuchaban en la plaza de san Pedro a modo de examen de conciencia: “Cada uno de nosotros puede preguntarse: cuando profeso mi fe en Jesucristo, el Hijo de Dios, ¿lo hago con la conciencia de tener que aprender siempre, o presumo que ‘ya he entendido todo’?”.
En su alocución, Francisco se refirió también a los incendios que están asolando Italia por las altas temperaturas, para recordar que la lucha contra el cambio climático “no es una moda”, sino que “nos estamos jugando el futuro del planeta”.
Además, anunció que se repartiría entre los peregrinos presentes en la plaza el primer número de L’Osservatore di Strada, la nueva revista mensual de L’Osservatore Romano, dedicado a los pobres.