Al menos seis personas murieron -entre ellos un mexicano- y decenas resultaron heridas luego de que un hombre disparara con un rifle de ‘alto poder’ desde la azotea de un inmueble, contra las familias que se encontraban celebrando el Día de la Independencia en un desfile en Highland Park, Chicago.
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Al respecto, el cardenal Blase J. Cupich, arzobispo de Chicago, lamentó que lo que debería haber sido una celebración pacífica de la fundación de los Estados Unidos terminara en una tragedia indescriptible. “Únase a mí para orar por las víctimas y sus seres queridos, quienes nunca imaginaron que una celebración del 4 de julio podría convertirse en un campo de exterminio”.
La principal causa de muerte de niños
En un mensaje publicado en sus redes sociales, el arzobispo de Chicago destacó la labor de los socorristas, pues corrieron “valientemente” hacia el peligro para tratar a las víctimas y proteger a otros del daño ocasionado por la persona que finalmente logró huir.
Pese a que el responsable huyó, horas después las autoridades lograron su detención; se trata de Robert E Crimo de 22 años de edad.
Tras señalar que si bien la fuerte presencia de vehículos policiales y de bomberos no pudo evitar que el tirador hiriera al menos a dos docenas de personas, Cupich levantó una vez más la voz contra el uso indiscriminado de armas en ese país: “Las armas diseñadas para destruir rápidamente cuerpos humanos no tienen cabida en la sociedad civil”.
Y continuó: “Apenas es julio, y este año Estados Unidos ya vive más de un tiroteo masivo al día. La policía de Chicago reportó al menos 55 disparos y 7 muertos desde el viernes, y el fin de semana festivo aún no ha terminado. La violencia armada es ahora la principal causa de muerte entre los niños estadounidenses“, dijo.
El derecho a la vida por encima de las armas
Blase Cupich fue claro al señalar que el derecho a portar armas no debe eclipsar el derecho a la vida, o el derecho de todos los estadounidenses a vivir sus vidas libres del temor de ser destrozados por las balas en cualquier momento.
“La violencia armada es un problema de vida. Debemos continuar orando para que todos nuestros funcionarios, electos y no electos, redoblen su compromiso de mantener a salvo a las personas a las que han jurado servir”, dijo.
Recordó lo que el papa Francisco escribió en 2016 a los fieles de esa Iglesia particular: “Como dijo el doctor Martin Luther King Jr., la humanidad debe desarrollar para todos los conflictos humanos un método que rechace la venganza, la agresión y las represalias. La base de tal método es el amor”.
Concluyó su mensaje pidiendo al Señor de la misericordia que abrace con amor a los que han muerto, lleve la curación a los heridos, el consuelo a sus seres queridos “y el valor a todos nosotros, para que podamos responder a esta tragedia unidos como hijos de Dios para construir un camino hacia la seguridad y paz”.