La catedral de Palencia renace –y también reluce, como nunca antes se ha visto– con una exposición que –de la mano de la Fundación 7º Centenario Catedral de Palencia 2021 y la Junta de Castilla y León– la muestra como toda “una experiencia que apela a las emociones”, como afirma Nacho Vela Cidad, arquitecto de la seo junto a Florentino Díez Sacristán, con quien comparte también el diseño expositivo.
“Más que una exposición en la catedral de Palencia, es una exposición de y sobre la catedral de Palencia –advierte Vela–. No se ha tratado tanto de incorporar obras de arte a la catedral utilizándola como sala de exposiciones, sino que queríamos que fuese la catedral la que se mostrase mejor que nunca. Era la ocasión. Precisamente, queríamos que el 7º centenario nos diera pie a hablar de la catedral”.
Y de que hablen. “Incluso los que conocen la catedral dicen que, de alguna manera, les ha sorprendido mucho”, manifiesta. La principal decisión ha sido “vestirla de fiesta”, como define el propio Vela. “Vestirla de fiesta para que luzca, nunca mejor dicho, porque hemos utilizado para ello elementos textiles. Queríamos que la pudieran disfrutar. Además, esta visita a la catedral, que no es nada convencional, se ha complementado con un montón de piezas y obras artísticas vinculadas de alguna manera con la historia de la propia seo”.
Renacer no es un título casual. “Cuando la gestamos aún estábamos en plena pandemia, en un momento de muchísima incertidumbre. Queríamos repercusión social y preferimos esperar hasta 2022, aunque los 700 años de la catedral gótica se cumplían en el 2021 –reflexiona–. Tenía que ser un momento de alegría, una oportunidad para la ciudad y para la provincia, e impulso para la diócesis”.
La exposición –abierta hasta el 11 de diciembre– es un renacer también para una “catedral transformada”, como indica el subtítulo de la muestra, cuya app, a punto de publicarse, ha desarrollado la Editorial PPC. “La catedral tiene el apelativo cariñoso de ‘la bella desconocida’, porque es una catedral maravillosa”.
Y, sí, ha renacido. Impresiona más de lo que ya lo hacía. “Transformada porque tienen que ver dos variables. Una es que se transforma temporalmente para acoger la exposición. Y la segunda, que esta muestra narra las propias transformaciones que han venido surgiendo a lo largo de su historia, que es larguísima: no solo desde la colocación de la primera piedra de la catedral gótica, sino desde hace 1.400 años, porque la cripta de San Antolín es del siglo VII, visigótica, inicio de una sucesión de espacios para el culto en este mismo ámbito”.