La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) hizo público un pronunciamiento luego de que el pasado viernes 8 de julio, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva para proteger el acceso al aborto en respuesta a la decisión de la Corte Suprema de ese país, que anuló los casos Roe v. Wade y Planned Parenthood v. Casey, dejando en manos de cada congreso estatal la decisión de legislar sobre este tema.
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A ese respecto se pronunció el arzobispo de Baltimore y presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB, William E. Lori, quien calificó de “profundamente inquietante y trágico que el presidente Biden opte por usar su poder como presidente de los Estados Unidos para promover y facilitar el aborto en nuestro país, buscando todas las vías posibles para negar a los niños por nacer su derecho humano y civil más básico, el derecho a la vida”.
En vez de ello -afirmó el arzobispo estadounidense- debería usar el poder ejecutivo para aumentar el apoyo y la atención a las madres y los bebés, pues “la orden ejecutiva del presidente solo busca facilitar la destrucción de seres humanos indefensos y sin voz”.
Abandonar el camino “que conduce a la muerte”
William E. Lori refirió que tras el fallo histórico de la Corte Suprema de los Estados Unidos del 24 de junio de 2022, en el que el Tribunal sostuvo que la Constitución de los Estados Unidos no contempla ningún derecho al aborto, el llamado de la Iglesia es a la curación de las heridas y a la reparación de las divisiones sociales, a la reflexión razonada y al diálogo civil.
En ese sentido, aseguró que también es necesario “unirnos para construir una sociedad y una economía que apoyen el matrimonio y la familia, y donde cada mujer tenga el apoyo y los recursos que necesita para traer a su hijo a este mundo”.
Como líderes religiosos -señaló Lori- “nos comprometimos a continuar nuestro servicio al gran plan de amor de Dios para la persona humana, y a trabajar con nuestros conciudadanos para cumplir la promesa de Estados Unidos de garantizar el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad para todos”.
Finalmente, imploró al presidente que abandone ese camino “que conduce a la muerte y la destrucción, y elija la vida”. Como siempre -concluyó– la Iglesia Católica está lista para trabajar con esta administración y todos los funcionarios electos para proteger el derecho a la vida de todos los seres humanos y para garantizar que las madres embarazadas y con hijos reciban pleno apoyo en el cuidado de sus hijos antes y después del nacimiento.