El nuevo obispo de Plasencia, Ernesto Brotóns, se ha comprometido a “servir lo mejor que sepa y pueda” a una diócesis que está a caballo entre Extremadura y Castilla y León. En el transcurso de una rueda de prensa celebrada en el arzobispado de Zaragoza, confesó que asume su destino “con la ‘L’ de prácticas, nuevo en esta tierra y en el ministerio episcopal”.
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En sus primeras palabras, quiso mostrar su “preocupación y solidaridad “con los afectados por los incendios de Extremadura” tanto en Las Hurdes como en Monfragüe. A la par, reivindicó la “dignidad y derechos” de la España rural y vaciada, tanto en su tierra aragonesa de origen como en la que será ahora su diócesis.
Conversión pastoral
“La Iglesia no existe para sí misma”, defendió el hasta ahora director del director del Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón, el CRETA, que subrayó la urgencia de una “conversión pastoral y misionera” en línea del Papa Francisco para configurar “una sociedad más justa, humana y fraterna”.
En esta misma línea, subrayó que los cristianos están llamados a ser “hermanos y servidores de los más pequeños” con una “palabra significativa y provocativa que decir” en medio de este mundo de hoy “con demasiados sueños rotos, pero también luces”.
Brotóns no tiene todavía fecha prevista para su ordenación episcopal, pero sí prevé que será a finales de septiembre o principios de octubre. Agradecido por la “inmerecida confianza” recibida del Papa y el respaldo de la Iglesia en Aragón a lo largo de toda su trayectoria, reconoció que asume el nuevo encargo “con cierto temor y temblor, consciente de mis luces y mis sombras”, pero “con enorme confianza e ilusión”.