“La ordenación episcopal no era ni es necesaria para la guía del Opus Dei”, expone Fernando Ocáriz tras conocer que no será obispo por voluntad de Francisco
“Aceptamos filialmente”. Es la expresión elegida por el prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, tras darse a conocer la reforma acometida por el Papa Francisco a la constitución apostólica ‘Ut sit’, por la que se erigió esta realidad eclesial hace cuatro décadas de la mano de Juan Pablo II.
A través de una carta, Ocáriz explica a los miembros de la Obra que “el Santo Padre nos alienta a fijar la atención en el don que Dios entregó a san Josemaría, para vivirlo con plenitud”. En este sentido, pone en valor cómo Francisco les llama a “cuidar el carisma”, lo que implica “profundizar en el espíritu que el Señor infundió en nuestro fundador y para compartirlo con muchas personas en el ambiente familiar, laboral y social”.
Y es que el motu proprio ‘Ad charisma tuedum’ plantea, entre otras cuentas, la rendición anual de cuentas a la Santa Sede en lugar de cinco años como hasta ahora o el hecho de que el prelado ya no sea ordenado obispo como hasta ahora lo han sido los predecesores de Ocáriz.
“La ordenación episcopal del prelado no era ni es necesaria para la guía del Opus Dei”, sentencia. A renglón seguido, añade que “la voluntad del Papa de subrayar ahora la dimensión carismática de la Obra nos invita a reforzar el ambiente de familia, de cariño y confianza: el prelado ha de ser guía, pero, ante todo, padre”.