El papa Francisco ha aterrizado, como estaba previsto, en torno a las 19:20 de hoy (hora española) en el aeropuerto internacional de Edmonton (Canadá), donde ha tenido lugar la recepción oficial. El Pontífice estará en el país –con paradas en Maskwacis, Lac Ste. Ana, Québec e Iqaluit– hasta el próximo 29 de julio, aunque llegará a Roma al día siguiente por el cambio horario.
Tras más de 10 horas de vuelo –salió a las 09:00 de Fiumicino–, el Pontífice ya se encuentra en la ciudad e irá directamente a descansar para encarar el día siguiente, cuando le espera un encuentro con las poblaciones indígenas métis e inuit en Maskwacis, a los que les dedicará unas palabras. Después volverá a Edmonton donde se encontrará con el pueblo indígena y miembros de la comunidad parroquial en la Iglesia del Sagrado Corazón.
El martes comenzará con una misa en el Commonwealth Stadium y luego se desplazara a Lac Ste. Anne para participar en la peregrinación y liturgia de la Palabra. El miércoles cogerá un avión a Québec. Tras la ceremonia de bienvenida en la residencia del gobernador general, la Citadelle de Québec, tendrá lugar la bisita de cortesía al gobernador general, el encuentro con el primer ministro y el encuentro con las autoridades civiles, con los representantes de las poblaciones indígenas y con el cuerpo diplomático.
El jueves comenzará el día con una misa en el Santuario Nacional de Santa Ana de Beaupré. Esa misma tarde rezará las vísperas con obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y pastorales en la catedral de Notre Dame.
El viernes mantendrá a primera hora su tradicional encuentro privado con los miembros de la Compañía de Jesús en el Arzobispado. Después se encontrará con una delegación de indígenas presentes en Québec en el Arzobispado antes de coger un avión con destino a Iqaluit.
Allí tendrá lugar un encuentro privado con algunos alumnos de las antiguas escuelas residenciales en la Escuela Primaria de Iqaluit. Luego habrá un encuentro con jóvenes y ancianos en la explanada de la Escuela Primaria de Iqaluit. Esta será la última cita de su visita antes de poner rumbo a Roma.