El Rey reconoció hoy el “carácter vertebrador” del Camino de Santiago para Europa. “Como magnífico exponente y ejemplo de fraternidad entre pueblos y personas de todo el mundo -de diferentes culturas, motivaciones y circunstancias-, puede decirse que fue el primer proyecto europeo común”, subrayó el monarca desde la catedral compostelana.
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Acompañado de la Reina y de sus hijas, Felipe VI participó en la tradicional ofrenda al patrón de España en el marco de la eucaristía presidida por el arzobispo Julián Barrio con motivo de la festividad del apóstol en un Xacobeo alargado un año más por la pandemia.
La paz como brújula
Con esta mirada al pasado, la alocución de Felipe VI centró su discurso en ofrecer un horizonte de esperanza ante la compleja encrucijada que afrontan España y Europa ante la guerra de Ucrania y las consecuencias económicas y energéticas. “El proyecto europeo conserva intacto su significado porque somos mucho más que países con intereses coincidentes”, planteó, subrayando que “somos pueblos unidos por un origen y un destino”.
Frente al “horror de la guerra”, Felipe VI apuntó que “la paz debe marcar el norte de nuestra brújula ahora y siempre”. En medio de todas estas amenazas, el Rey reivindicó la necesidad de trabajar unidos: “Nada de eso tiene un sentido profundo si no ponemos los valores de la democracia y la Cultura en la base para la consolidación de nuestro gran proyecto común”.
Vivir como peregrinos
En un ejercicio de refuerzo positivo, compartió que “en cada español hay un peregrino que, en compañía de sus compatriotas, de nuestros hermanos europeos, pondrá toda su voluntad para superar las adversidades que se le presenten”.
En su alocución también tuvo palabras de solidaridad con los familiares de las víctimas y demás afectados por los incendios que asolan nuestro país. Así, quiso “transmitir nuestro cariño y apoyo a todas las personas que han sufrido y que todavía sufren las terribles consecuencias”. Además, aplaudió “el esfuerzo titánico” de quienes luchan contra las llamas.
