Por iniciativa del Episcopado mexicano, fieles llevaron fotografías de sus familiares desaparecidos o asesinados por manos criminales
Este 24 de julio, la Iglesia en México elevó sus oraciones por los más de 100 mil desaparecidos en las últimas cinco décadas, así como por las 120 mil personas fallecidas –en lo que va del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador– como consecuencia de la violencia criminal que se vive en el país.
En muchas de las iglesias de las 91 Iglesias particulares de México, las fotografías fueron colocadas en el presbiterio, y en otras incluso, como en la Diócesis de Torreón, se organizaron procesiones con las imágenes antes de ser colocadas en los templos.
Estas acciones forman parte de la ‘Jornada Nacional de Oración por la Paz’ a la que convocó a principios de este mes la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) junto con la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús.
Para tal fin, la Comisión para la Pastoral Litúrgica de la CEM dispuso una guía para las misas, en la que se pidió a los pastores y fieles hacer suyo el clamor y sufrimiento de tantas personas que están padecido o han padecido “por la barbarie de la violencia”.
Asimismo, la CEM recordó que “la eucaristía es escuela de caridad, de unidad y de paz, vivámosla plenamente para ser agentes formadores y constructores de una auténtica paz“.
El estado de Jalisco es el que registra el mayor número de desaparecidos: 13,308, según datos de la Comisión Nacional de Búsqueda de la Secretaría de Gobernación, tan solo en el lapso del año 2006 al 2022.
En ese contexto, en la arquidiócesis de Guadalajara, ubicada en dicha entidad, el cardenal Francisco Robles Ortega manifestó: “no podemos considerarnos un país sano, un país próspero, un país en desarrollo mientras carguemos en nuestras conciencias y en nuestras espaldas el número tan grande de hermanos y hermanas caídos en la violencia y desaparecidos por la violencia, no podemos estar en paz“.
Ante esa “dolorosa realidad de nuestras familias y de nuestra sociedad… pidámosle al Señor que los jóvenes estén dispuestos a la luz de Jesús resucitado a darle otro rumbo a nuestro país, en el sentido de respetar la vida, la sacralidad de la vida y en el sentido de promover y buscar juntos la solución de nuestros problemas”, añadió el cardenal Robles.