El incendio que ayer se desató en Quintanilla de Coco, en la comarca burgalesa de Arlanza, ha obligado a evacuar hasta el momento a cinco localidades de la zona. Entre ellos, a los monjes benedictinos de Santo Domingo de Silos, la cuna del canto gregoriano.
Junto a ellos y a los demás vecinos de la localidad, también se ha tenido que realojar a todos los participantes de los Encuentros Misioneros Silos organizados desde hace décadas por Cristianos Sin Fronteras en la acampada que también pertenece a los monjes y que está cercano al monasterio.
Durante toda la noche, el trabajo de los equipos de bomberos y brigadistas se ha concentrado en salvar todas las viviendas de las localidades, con el foco puesto en la protección del monasterio, entre ellas, el claustro, la biblioteca y el célebre ciprés de Gerardo Diego. De momento, hasta una decena de viviendas y naves han sido pasto de las llamadas.
Se trata de la primera vez en casi dos siglos que los religiosos se ven obligados a dejar su casa, después de la Desamortización de Mendizábal en 1835 que concluyó con la vuelta a su hogar en 1880. Tal y como ha confirmado fuentes eclesiales, los monjes fueron trasladados ayer hasta Aranda de Duero, acogidos por las religiosas benedictinas.
Por su parte, las familias, jóvenes y niños de Cristianos Sin Fronteras están siendo acogidos en un colegio de Salas de los Infantes, donde anoche celebraron una vigilia de oración en solidaridad con todos los afectados por el fuego.
“Expreso, en nombre de la Iglesia de Burgos, mi más profunda cercanía con todas las personas desalojadas”, ha expresado el arzobispo Mario Iceta que, en paralelo muestra su pesar por “todas las pérdidas materiales ocasionadas en terrenos de cultivo, maquinaria, viviendas, hostelería o naves de grano”. “Espero, igualmente, que el impacto haya sido mínimo en el bellísimo Parque Natural de Sabinares del Arlanza”, añade.
A través de un comunicado, Iceta pone “a disposición lo que sea necesario para ayudar a todos los afectados”. “Estamos con todos ellos en estos momentos de angustia”, subraya el pastor, que agradece la entrega de todo el personal de emergencias que está intentando frenar esta catástrofe.