América

La paz en Panamá va de la mano del arzobispo José Domingo Ulloa

  • El prelado habla para Vida Nueva sobre su papel como mediador entre el gobierno y los gremios inconformes con el costo de la vida en ese país
  • El mitrado explica cómo han comenzado a responder los grupos en conflicto





A menos de una semana de instalada la ‘Mesa Única’ de diálogo entre el gobierno encabezado por Laurentino Cortizo y los gremios inconformes, parece que empieza a haber acuerdos; no obstante, continúa el cierre de vialidades en el país.



Este lunes 25 de julio se dio a conocer que dirigentes magisteriales, sindicales y el gobierno alcanzaron un consenso para reducir y controlar el precio de más de 70 productos de la canasta básica de alimentos.

En tanto, el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, quien ha fungido como mediador en este conflicto social, hizo este exhorto: “les invito a hacer un acto de buena voluntad, realicen la reapertura de las vías públicas, al menos dos horas, y dejen pasar a los camiones que transportan alimentos, medicamentos y en especial a las personas enfermas”.

Ulloa también ha pedido a la comunidad católica intensificar la oración para salir de esta crisis ocasionada principalmente por el alza en los precios de la canasta básica y el combustible.

En entrevista para Vida Nueva, el arzobispo de Panamá, habla sobre su papel como mediador y la situación que se vive en el país centroamericano.

Las condiciones para avanzar

PREGUNTA.- ¿Cuál es el llamado que hace la Iglesia en Panamá tanto al gobierno como a la sociedad civil, en este momento del conflicto?

RESPUESTA.- La Iglesia católica, a lo largo de la historia nacional, ha acompañado al pueblo panameño. Y en este momento histórico de crisis nacional, no ha sido la excepción. Ante la confrontación entre hermanos y hermanas, la Iglesia no podía estar al margen, y menos indiferentes; por esta razón aceptó ser la facilitadora, entre este conflicto, pero lo hizo bajo principios fundamentales para ejercer este servicio:

  1. Diálogo en una mesa única.
  2. Consensuar una agenda única entre todos los actores.
  3. Establecer un proceso dividido en etapas, primero la urgente, para superar la coyuntura actual y, posteriormente, un diálogo más profundo en el que se trace el camino de transformación del país, y que haga de él un Panamá más justo y equitativo.
  4. Los actores de la primera etapa deben ser los grupos que han expresado su malestar y descontento a través de acciones en las calles y vías del país y, en la segunda etapa, los actores serían los representantes de todos los sectores de la sociedad.

Ambas partes aceptaron sentarse en una ‘Mesa Única’, y es lo que se está haciendo, pero para lograr resultados hay que poner en el centro al pueblo y el bien común. Por eso, tienen que escucharse para lograr los consensos necesarios que permitan regresar a un clima de paz.

La ‘Mesa Única’ se instaló el jueves 21 de julio para iniciar un diálogo, en una primera fase, entre el gobierno y dirigentes del movimiento social, con el compromiso, de cara al pueblo, de avanzar hacia la transformación de nuestro país, para tengamos un Panamá, solidario, justo y equitativo.

Una deuda de muchas décadas de gobiernos

P.- ¿Cuál es la salida que ve la Iglesia en esta crisis nacional?

R.- La salida está en la ‘Mesa Única’ donde están sentados los que pueden resolver la crisis que hay en una primera fase, luego habrá que incorporar en una segunda fase, a todos los sectores del país, sin exclusión de nadie, para lograr establecer una ruta que permita un Panamá justo, equitativo y solidario, especialmente con los más desfavorecidos y empobrecidos.

Existe una deuda de muchas décadas de gobiernos, que no han sabido atender las necesidades vitales del pueblo panameño, y es por esta situación que se da esta explosión social. Hay pocos con muchísimo y hay una gran mayoría casi sin nada. Y esto es imperdonable en un país con tanta riqueza y oportunidades.

P.- ¿Qué es lo que más preocupa a la Iglesia en este momento?

R.- Que no seamos capaces de escucharnos y lograr consensos. El pueblo está en espera de los resultados de quienes están en la mesa y si no logramos buscar los caminos para avanzar pronto en los 8 puntos presentados al Ejecutivo, la crisis se va a profundizar.

P.- ¿Cuál será el papel de la Iglesia en los días siguientes?

R.- El papel de la Iglesia es crear, dentro de sus limitaciones, las condiciones para que se llegue a un consenso. Ya en estos momento pasó de ser facilitadora a moderadora de este diálogo en una primera fase.

Somos creyentes en la fuerza de la oración, por eso hemos hecho un llamado al pueblo de Dios que intensifique sus oraciones para que pronto salgamos de esta crisis.

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