El arzobispo Elpidophoros, cabeza de la Iglesia Ortodoxa Griega de los Estados Unidos, ha desatado la polémica tras bautizar, durante un viaje a Grecia a dos niños traídos al mundo mediante gestación subrogada para ser criados por una pareja gay. La celebración del sacramento ha despertado un amplio debate en algunos sectores de la comunidad ortodoxa a un lado y otro del Atlántico.
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Celebración en Grecia
Un sacramento que se celebró con el consentimiento del metropolitano Antonios de Glyfada, como obispo local de la diócesis en la que se celebró el bautismo. Una vez constatado que el purpurado americano no dio detalles sobre los neófitos o su familia, un grupo de fieles de la Iglesia griega prepara una queja formal ante Bartolomé, el Patriarca Ecuménico Bartolomé de Constantinopla.
Este procedimiento ha despertado un amplio debate en las redes sociales. Y es que las distintas Iglesias ortodoxas han estado en el punto de mira en cuestiones como la gestión de la pandemia del coronavirus o su postura ante la invasión de Ucrania por Rusia.