“Toda forma de trabajo tiene que tener en cuenta que el cuidado de la vida, de la persona y la naturaleza”. Así lo ha expresado Maru Megina, presidenta de la HOAC, quien, a su vez, ha denunciado que “en nuestra sociedad, el trabajo sufre maltrato porque está sometido a la rentabilidad económica y ha desplazado la dignidad de la persona del lugar que le corresponde”.
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Megina ha participado en la rueda de prensa de presentación de los cursos de verano de este movimiento de Acción Católica especializado en el mundo obrero y del trabajo, que estos días se celebra en Salamanca, donde ha puntualizado que “el trabajo está en riesgo”.
Megina ha recordado que, después de las crisis, “la situación del mundo obrero no ha hecho más que empeorar”, para constar que desde hace décadas nuestro país arrastra un paro estructural de casi 3 millones de personas y que incluso en las mejores épocas, en nuestro país había ocho millones de personas pobres.
Aunque ha reconocido que en los últimos años se han tomado medidas que “han evitado seguramente una situación peor”, ha insistido en que la desigualdad ha aumentado en un 25% durante la pandemia y que el empobrecimiento se extiende entre jóvenes, mujeres y migrantes. “La subida de precios, la inflación y las consecuencias de la guerra de Ucrania han vuelto a poner entre las cuerdas lo poco conseguido hasta el momento”, ha explicado la presidenta de la HOAC.
Además, ha señalado que han aumentado “los trabajadores pobres, desempleados y vulnerables”, mientras que “la precariedad se ha convertido en norma” y se ha endurecido el acceso a derechos sociales, lo que provoca que “muchos trabajadores no puedan llevar una vida digna”.
También ha advertido que crece el número de accidentes laborales (el 20% en el último semestre) y de enfermedades profesionales (30.654 dolencias laborales reconocidas en 2021). Una realidad que el propio papa Francisco califica como “una tragedia muy extendida”.
Este panorama, ha explicado, es lo que mueve a la HOAC a defender “el trabajo digno y la dignidad del trabajo”, “una responsabilidad de toda la sociedad, porque es una prioridad humana y por tanto una prioridad cristiana”, según ha comentado.
Desmercantilizar el trabajo
Ante la “necesidad de liberar el trabajo humano del mercantilismo del sistema”, de comprender que va “más allá del empleo”, el reto, según Megina, es comprender que “el concepto de empleo tiene que dejar de ser una pieza más de la rentabilidad económica”.
Igualmente, ha reiterado que, “como Iglesia, tenemos la obligación de ocuparnos de esta realidad e implicar a nuestras comunidades a comprometerse en la defensa del trabajo digno”.
Recurriendo a las palabras del papa Francisco, ha afirmado que “debemos preguntarnos qué podemos hacer para recuperar el valor del trabajo; y qué podemos aportar, como Iglesia, para que sea rescatado de la lógica del mero beneficio y pueda ser vivido como derecho y deber fundamental de la persona, que expresa e incrementa su dignidad”.
Para ello, la presidenta de la HOAC considera que hace falta extender esta visión integral del trabajo y del empleo, defender el acceso al trabajo decente de todas las personas, los derechos y recursos sociales, además de promover el sindicalismo, en coherencia con la Doctrina Social de la Iglesia, y desvincular los derechos sociales, universales e inviolables del empleo.
Otra lógica y otra cultura
Estos cambios necesarios solo serán posibles desde “otra lógica y otra cultura”, ha puntualizado, por lo que ha considerado prioritario que “acompañemos la vida de estos trabajadores y trabajadoras: conocerlas, escucharlas, potenciar espacios de encuentro, generar con ellas procesos en los que implicar nuestras propias vidas y con las que compartir”.
De ahí que la HOAC reafirme su compromiso en la extensión de la correcta comprensión del trabajo en las parroquias, en la promoción de la centralidad del trabajo decente en los planes pastorales, en llevar la realidad obrera a nuestras comunidades para generar prácticas de solidaridad y hacerlas parte fundamental de su misión.
También ha renovado su compromiso por extender la iniciativa de Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), por avanzar en que todas las relaciones laborales en la Iglesia sean coherentes con la defensa del trabajo digno y tender puentes entre la Iglesia, los sindicatos y las organizaciones sociales.
Soñar el trabajo el trabajo decente
Los cursos de verano de la HOAC, que este año, se celebran bajo el lema ‘Soñar el trabajo decente, construyendo prácticas de comunión’, sirven para “revisar cómo están siendo las vidas de las personas del mundo del trabajo, del mundo obrero, de las clases populares”, pero también para explorar “vías de participación que contribuyan a cambiar esta sociedad, hacerla evolucionar hacia el trabajo decente”, en palabras, del responsable de Formación de la HOAC, Germán Gavín.
“Son momentos de formación, pero también para encontrarnos los militantes, de convivencia y un poco de fiesta, por lo que ya teníamos ganas de volver a Salamanca”, ha apuntado Gavín, al tiempo que ha explicado que estos cursos se desarrollan en tres partes, la principal del 3 al 5 de agosto, con la participación de 200 militantes de este movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos, de expertos y de activistas comprometidos con el trabajo decente, la lucha contra la pobreza, la defensa de los derechos sociales y la promoción de la economía social y solidaria.
Programa de actividades
Está prevista una primera ponencia de Raúl Flores, secretario técnico de la Fundación FOESSA y coordinador del equipo de estudios de Cáritas Española. En los paneles de experiencias participarán Albert Alberich de Moda RE– y Javier Rodríguez de Traperos de Emaús; Sara García, de USO, Joanen Cunyat de la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones, y Laura Barrio, portavoz de la Coordinadora de Vivienda de Madrid; y Marciano Sánchez, presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública y Marius Fullana, presidente de la FAMPA de Valencia. Una segunda ponencia, impartida por Pino Trejo, militante de la HOAC, abordará las propuestas de este movimiento sobre el trabajo decente.
Los cursos han comenzado con las jornadas de reflexión, sobre la espiritualidad y de la mística hoacista, orientado principalmente a las personas encargadas del acompañamiento en la fe, que imparte el consiliario general de la HOAC, Fernando Díaz Abajo.
El próximo jueves, además, se celebra la eucaristía en la iglesia de san Sebastián coincidiendo con el 125 aniversario del nacimiento del fundador de la HOAC, Guillermo Rovirosa, al término de la cual tendrá lugar en la plaza Anaya, un gesto público para escenificar el pensamiento, el quehacer y la denuncia sobre la falta de trabajo decente.
Ya el próximo fin de semana, se celebra la tercera y última parte de estos cursos, con unas jornadas de oración abiertas, centradas en cómo profundizar en “ser personas de oración para hacernos cargo de la precariedad”, dinamizadas por Àlvar Miralles, consiliario de la HOAC Segorbe-Castellón.