“Aportad a la Iglesia la belleza de vuestra juventud. La Iglesia necesita vuestro entusiasmo, vuestra fe. Cuando lleguéis donde nosotros todavía no hemos llegado, tened paciencia para esperarnos”. Con estas palabras de ánimo ha recibido en la plaza del Obradoiro el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, a los 12.000 participantes en la Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ 2022), en un acto de apertura que ha tenido lugar la tarde de este 3 de agosto.
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Una inauguración que no ha estado ajena de dificultades, puesto que se ha caído una pieza del escenario y el evento ha tenido que trasladarse a la escalinata del Pórtico de la Gloria. Una vez solventados los problemas, ha continuado la fiesta. Sí, con mayúsculas. Porque los jóvenes han pedido incluso a los obispos que botaran. Y ellos han accedido a los deseos de los peregrinos antes de tomar el micrófono Carlos Escribano, arzobispo de Zaragoza y presidente de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida. Tras sus palabras, ha hablado Barrio.
“Habéis llegado con el deseo de encontraros de la mano del Apóstol Santiago con Cristo“, ha dicho el prelado, “Él es el verdadero manantial que mantiene vivos vuestros proyectos y vuestros ideales”. Así, ha recordado a los jóvenes que “el Evangelio no está contra vosotros, sino en vuestro favor”, porque “Jesús es la esperanza firme y duradera a la que aspiráis y que no defrauda. Es luz que ilumina y orienta vuestro camino; es fuerza que os sustenta en las pruebas”.
“Desde vuestra disponibilidad y generosidad”, ha continuado Barrio, “Jesús os llama a hacerle presente en el acontecer de la vida, convirtiéndoos en seguidores, testigos y evangelizadores”. Y es que, tal como ha reconocido el arzobispo, los jóvenes aportan a la Iglesia “la belleza” de la juventud, “dándoos sin recompensa”.
Llenos de esperanza
Por otro lado, Barrio ha animado a los jóvenes a mirar “con confianza hacia el futuro”, y a no “pasar por la vida”, sino a “vivirla responsablemente”. En este sentido, ha explicado que “los cristianos no retienen con nostalgia el pasado”, sino que su compromiso es “acceder a la memoria eterna del Padre, y esto sólo es posible viviendo una vida de caridad”. Por este motivo, ha convocado a los jóvenes a “hacer surcos en la tierra de nuestra sociedad para sembrar a puñados la semilla del Evangelio que es salvación, verdad, belleza, curación y gracia”.
En este sentido, el arzobispo de Santiago de Compostela ha señalado que, si bien “el siglo XX y parte del XXI nos lleva a preguntarnos: ¿Qué mundo es el nuestro para que tantas y tan hermosas cualidades se pierdan en él?”, los jóvenes no deben sentirse “náufragos arrojados en una isla desconocida”. “El torrente de vida divina nos arrastra al océano de la verdad y del bien”, ha subrayado. “No hemos sido creados para esperar a solas en un rincón. El futuro no es una amenaza sino la posibilidad de dar espacio a Dios y no a nuestras certezas”.
Por ello, ha recordado que “una Europa con tantas heridas os necesita llenos de esperanza”. “Caminad llevando la bandera de la paz y de una convivencia serena donde la verdad sea verdad y se respire el aire de la sinceridad, donde la solidaridad sea la moneda corriente, donde todos hombres y mujeres, de cualquier raza o condición, sean considerados igualmente hijos de Dios, construyendo una Europa acogedora y solidaria”, ha concluido Barrio. “Poneos en marcha hacia un mundo más joven, y renovad el compromiso de vuestro servicio humilde, sencillo, callado que, como el grano de trigo enterrado en el surco, da fruto abundante”.
