Tal vez en un intento de disipar las dudas que pudiera haber al respecto, el arzobispo de Carterbury, Justin Welby, ha aclarado que la postura de la Iglesia anglicana con respecto a las relaciones homosexuales no está en tela de juicio.
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Se mantiene, así, como pecado, tal como ha señalado en la conferencia de Lambeth, celebrada una vez cada década y a la que asistieron más de 650 obispos de todo el mundo. Allí, subrayó que para “una gran mayoría de anglicanos conservadores” cuestionar esto era “impensable”.
Así, tal como recoge The Guardian, Welby señaló que “en muchos países, esto convertiría a la iglesia en víctima de escarnio, desprecio e incluso ataques”. Y es que, “para muchas iglesias, cambiar la enseñanza tradicional desafía su propia existencia”.
No penalizar a las que sí lo admiten
Sin embargo, Welby aclaró, al mismo tiempo, que “no buscaría la autoridad para disciplinar o excluir iglesias, incluidas las de Escocia, Gales y los Estados Unidos, que llevan a cabo o bendicen el matrimonio entre personas del mismo sexo”.
Asimismo, el arzobispo apuntó que “para las iglesias en democracias liberales, no actualizar la enseñanza tradicional en este sentido también podría desafiar su propia existencia“, ya que estas iglesias “también podrían ser víctimas de escarnio, desprecio e incluso ataques”.