Según una investigación, “habrían tenido conocimiento de quejas de abusos por parte de sacerdotes y no comunicaron sus sospechas ni a la Policía Judicial ni a la Fiscalía”
Una investigación hecha pública hoy por el diario portugués Expresso ha revelado que tanto el cardenal de Lisboa, Manuel Clemente, como al menos dos obispos del país habrían ocultado a la policía y la fiscalía denuncias de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica.
Así, según recoge EFE, junto a Clemente, “habrían tenido conocimiento de quejas de abusos por parte de sacerdotes y no comunicaron sus sospechas ni a la Policía Judicial ni a la Fiscalía” el obispo de Guarda, Manuel Felício, y el obispo emérito de Setúbal, Gilberto Reis, entre otros.
Portugal vive este año su primera investigación a gran escala de casos de abusos en el seno de la Iglesia, centrada en agresiones a menores de edad. La comisión que estudia estos abusos a menores en el país ha recibido en seis meses cerca de 350 denuncias. De los centenares de denuncias, solo 17 han sido derivadas a la Fiscalía porque los delitos no han prescrito o tienen posibilidades de prosperar.
Según revela el diario, hace una década que Felicío recibió denuncias sobre abusos contra el entonces vice-rector del seminario de Fundao, Luis Mendes. Sin embargo, el prelado las habría ocultado, si bien el sacerdote finalmente fue detenido y condenado.
Por su parte, Gilberto Reis ejerció como obispo de Setúbal entre 1998 y 2015. Allí, las denuncias contra uno de los sacerdotes de la diócesis terminaron en una investigación que apartó al sospechoso durante varios años del ejercicio de su ministerio, aunque una investigación canónica le devolvió al ejercicio como párroco.
Este caso añade fuego a la reciente polémica generada después de que el diario Observador revelara que el Patriarcado de Lisboa no denunció ante la policía los presuntos abusos sexuales a un menor a finales de la década de 1990. En 2019, Clemente, que ya era patriarca de Lisboa, se volvió a reunir con la víctima, que “no quiso divulgar el caso”, tal como justificó el purpurado en una carta abierta hecha pública el pasado viernes.
La investigación del diario recoge el testimonio de un sacerdote, que señala directamente a otros 12 curas, 6 de los cuales aún se encuentran en activo, por sospechas de abusos sexuales a menores de edad. Tal como revela Expresso, este sacerdote presentó ante la jerarquía eclesial su primera denuncia en 1997, si bien no recibió respuesta alguna. Sin embargo, no desistió. “Pude evitar suicidios de jóvenes víctimas de abusos, pero no conseguí parar otros”, admite el sacerdote a Expresso.