El pasado jueves, 4 de agosto, el sacerdote Michele Madonna, de 48 años, recibió una llamada muy especial que se ha mantenido en secreto por poco tiempo. El párroco napolitano de la comunidad de Santa Maria di Montesanto recibió la llamada del papa Francisco interesándose por los peculiares métodos pastorales de este cura que se hizo mediático cuando sacó, en febrero, los confesionarios de su parroquia a la calle.
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Música y oración
Madonna, antes de pasar por el seminario, era disc-jockey. Ahora el antiguo oficio le ha servido para sus propuestas pastorales. Y es que hace un mes organizó una ‘rave’ –una fiesta de música electrónica– en la que participaron cientos de jóvenes, bailando toda la noche al ritmo de música cristiana mezclada en clave de discoteca y alternando con unos momentos de oración comunitaria.
El sacerdote respondió al Papa que pedía detalles sobre sus actividades y le invitó a que le mantenga informado sobre su trabajo en el futuro, según los medios locales. Madonna, nacido en 1974, se hizo sacerdote a los 30 años, y antes se dedicó a pinchar música ya que es hijo del dueño de una discoteca. La música –sus composiciones están presentes en plataformas como Spotify o Apple Music– le sirve para llegar a los jóvenes “alejados” de la Iglesia en un territorio con diferentes problemáticas sociales.