“El mayor deseo del Papa, y por tanto su prioridad, es que a través de sus viajes podamos llegar a un beneficio concreto”. Así lo ha expresado el cardenal secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, en una entrevista a la revista italiana de geopolítica Limes.
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En este sentido, la intención del Papa de viajar a Kiev tenía como objetivo “llevar consuelo y esperanza” a las poblaciones afectadas por la guerra. Estaba, además, tal como ha señalado Parolin, dispuesto “a ir a Moscú si se daban condiciones verdaderamente útiles para lograr la paz”. Sin embargo, el diálogo entre el Vaticano y Rusia es cada vez “más difícil”. “Avanza a pequeños pasos”, ha señalado, “y experimenta fases fluctuantes”, pero “no se ha detenido”.
Una paz duradera
Sin embargo, lo que parece que sí se ha descartado ha sido el encuentro que iba a tener lugar en Jerusalén el pasado mes de junio entre Francisco y Kirill, ya que, tal como ha explicado Parolin, “no se habría llegado a un entendimiento, y el peso de la guerra en curso lo habría condicionado demasiado”.
“Creo que todavía no somos capaces de predecir ni calcular las consecuencias de lo que está pasando“, ha reconocido el cardenal. “Miles de muertos, ciudades destruidas, millones de desplazados, el medio natural devastado, el riesgo de hambruna por falta de trigo en muchas partes del mundo, la crisis energética… ¿Cómo es posible que no reconozcamos eso?”, ha apuntado, convencido de que “la única respuesta posible, el único camino viable, la única perspectiva viable es la de detener las armas y promover una paz justa y duradera”.