En el contexto de la Jornada nacional de Pastoral en la que, todos los años, se reúnen los obispos de la Comisión Pastoral del Episcopado con los vicarios de pastoral de todas las diócesis del país, se realizó la presentación oficial de la 3ª asamblea eclesial nacional que tendrá lugar del 7 al 10 de octubre próximo. El acto fue transmitido por redes sociales, YouTube y la red de radios católicas de Chile.
Con esta asamblea la iglesia en Chile se propone seguir avanzando, sinodalmente, en el camino del discernimiento por una Iglesia más sinodal, profética y esperanzadora, con el lema “Pueblo de Dios, camino de esperanza”.
En el acto de presentación, Raúl Moris, sacerdote de Linares expuso las dificultades enfrentadas para la preparación de la asamblea. “La crisis del 2018 dejó muchos dolores, perplejidades y preguntas, pero motivó a asumir de manera corresponsable todo este proceso que implica a toda la iglesia entera”, dijo. Agregó que enfrentaron varias crisis: el estallido social, la pandemia y una intensa y generalizada crisis de confianzas.
“En este contexto, dijo Moris, desarrollamos este profundo proceso de discernimiento para escuchar al Espíritu con mucha esperanza de que el Señor siempre nos lleva de la mano. Queremos acoger lo que Él nos pide: ponernos de pie y caminar para transformarnos de personas desesperanzadas en agentes de esperanza”.
Por su parte, el obispo de Chillán y secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, Sergio Pérez de Arce, recordó que este proceso tuvo su origen en el intenso, profundo y agudo estallido de los abusos vivido por la iglesia en Chile durante el 2018. “El estallido de esa crisis mostró que algo no estábamos haciendo bien en la iglesia y que necesitamos emprender un camino de conversión, renovación y búsqueda de mayor fidelidad para ser esa iglesia que Jesús quiere de nosotros” dijo el obispo.
Agregó que, en agosto de ese año, la asamblea extraordinaria de obispos tomó varias decisiones, siendo una de ellas iniciar este proceso de discernimiento eclesial para buscar caminos de conversión con la participación de todo el pueblo de Dios. Se inició un amplio proceso de consulta con mucha participación, detenido por el estallido social y luego por la pandemia.
Además, “este proceso se enriqueció al integrar nuestra participación en la asamblea eclesial latinoamericana y en el proceso preparatorio del Sínodo convocado por el Papa”, expresó Pérez de Arce. “Hemos vivido un único y gran proceso de búsqueda de lo que Dios quiere para nosotros, que siempre contempló como hito importante la 3ª Asamblea Eclesial para seguir caminando en este proceso de búsqueda de una mayor fidelidad al Señor”, concluyó.
Este acto incluyó el anuncio de los pasos próximos, a cargo del secretario adjunto de la secretaría general del episcopado, Renzo Ramelli, quien llamó a que las diócesis definan sus representantes a la Asamblea quienes serán complementados con representantes de otros organismos eclesiales. Desean tener la nómina definitiva pronto a fin de que se conozcan e inicien su preparación.
“Debemos conocernos antes de la asamblea, expresó Ramelli, para participar fraternalmente en ella, desde nuestras fidelidades al Espíritu que nos ha hablado en los informes de este proceso. Con esa nómina se empezará el proceso de discernimiento que será la asamblea reunida en comunidades donde se irán construyendo los consensos que llevarán a los frutos de la asamblea. Los participantes en la asamblea se impregnarán de estos contenidos surgidos desde toda la iglesia nacional, con un trabajo previo, profundo, de estudio y análisis de lo que han dicho las comunidades hasta ahora”.
Nelly León, religiosa del Buen Pastor, delegada diocesana para la pastoral en la diócesis de San Felipe, dijo que “en las comunidades ha sido un proceso precioso. Las crisis han sido un aporte valioso porque nos han permitido renovarnos: la realidad nos ha golpeado fuerte. Reconociendo nuestra fragilidad hemos podido ponernos de pie. Todo esto ha sido una bendición”.
La primera asamblea eclesial nacional tuvo lugar en octubre del 2007 para acoger y aplicar a la iglesia del país los acuerdos de la V Conferencia General del Episcopado latinoamericano y caribeño realizada en Aparecida, en mayo anterior. Luego, en junio del 2013 se realizó la 2ª asamblea con el lema “Una iglesia que escucha, anuncia y sirve”. Esta tercera asamblea estaba prevista para realizarse en 2019.