El pasado 14 de agosto la diócesis de Siuna, en Nicaragua, informó que el sacerdote Óscar Danilo Benavidez Tinoco, de la parroquia del Espíritu Santo-Mulukukú, fue detenido, sin conocerse las causas o motivos.
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En un breve mensaje la diócesis confió en que las autoridades los mantengan informados, y exhortó a los fieles a unirse en oración por los sacerdotes y obispos perseguidos, “que su única misión ha sido la de anunciar la buena nueva de Jesucristo, que es palabra vida y salvación para todos”.
Medios de comunicación locales reportaron que el sacerdote fue llevado a la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como ‘El Chipote’, lugar considerado de tortura a presos políticos.
De acuerdo con Vatican News, se trata del tercer presbítero detenido en el año por la policía nacional, “en medio de una ola de acciones del gobierno sandinista orientadas a restringir la libertad de la Iglesia Católica”.
Reacciones fuera de Nicaragua
Desde Honduras, el arzobispo de Tegucigalpa, el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, se solidarizó con la Iglesia católica nicaragüense ante el asedio que sufre por parte del gobierno de Ortega.
“Esa guerra callada que están haciendo para perseguir a Jesús en su Iglesia en la hermana nación de Nicaragua, ese no es el fuego que Jesús ha venido a traer”, expresó Rodríguez.
Por su parte, el cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez, refirió que “hay mucho sufrimiento en el pueblo nicaragüense, en el pueblo católico principalmente; saben que estamos con ellos y deseamos que pronto se vaya normalizando para que haya paz de verdad y la gente pueda libremente expresar su fe”.
En México, un grupo de ciudadanos católicos se apostó a las afueras de la Embajada de Nicaragua, donde pidieron respetar los derechos humanos fundamentales, pues consideraron que en ese país centroamericano no se respeta la libertad religiosa, de expresión y se persigue a los organismos no gubernamentales.
Cabe recordar que el fin de semana, 27 de 34 países integrantes de la Organización de Estados Americanos (OEA) llamaron al gobierno de Nicaragua a respetar justamente los derechos humanos como la libertad religiosa, de expresión y de tránsito.